Nota realizada por el Prof. Jorge Olguín.
Comentarios del colaborador.
Querido Jorge: Estoy
completamente de acuerdo con las
conclusiones a las que llegaste.
Como
tú no cambiaste de postura desde el
principio y yo
tampoco, creo que se ha producido lo que Gurdieff advertía,
que dos personas pueden polemizar
creyendo que opinan
distinto y, sin embargo, están perfectamente de acuerdo. ¿Por
qué puede pasar algo así?
Simplemente porque, como se
dice esotéricamente, "las palabras
velan". Nunca reflejan
con exactitud la verdadera idea. Si yo hablo de blanco
y tú
también hablas de blanco, puede ser que yo me esté refiriendo
al blanco normal del papel carta y tú, al blanco
puro de la
nieve.
Cuando hablamos de la palabra mentira, mientras yo pensaba
en la definición del Diccionario, en el sentido de que solo los
seres vivos pueden mentir o decir la
verdad, tú hablabas
(o pensabas) que una máquina
puede programarse para
mentir. ¡Y ambas posturas son perfectamente
válidas!
Por eso es tan importante establecer las bases de la discusión,
porque se puede profundizar
hasta el infinito, haciendo
diferencias cada vez más sutiles...
Con respecto a que hay dos tipos de engramas: el mecánico y
el impulsivo, creo que tenemos que llegar a la esencia de lo
que estamos debatiendo, porque el engrama, por definición,
es mecánico. ¿Y el impulsivo, a su vez, no es mecánico?
Y observando la mente reactiva y la
analítica, creo que
hay mucho que estudiar en ellas todavía. Es
probable que
tengan muchísimas funciones que ignoramos.
Y todavía queda por resolver el rol de la
mente analítica,
porque si es el espíritu el que
analiza y transmite los
conceptos, y el cerebro es
el que los decodifica para
convertirlos en lenguaje,
habría que darle una
nueva
denominación: Mente decodificadora (de los pensamientos
del Thetán, obviamente).