Verdad, analítica
o reactiva
 
Parte 3

Nota  realizada por el Prof. Jorge Olguín.
Comentarios del colaborador.
 

Estimado colaborador:
Es muy interesante  tu conclusión  sobre  los engramas,  pero independientemente de eso,  cuando  una persona reactiva  te
agrede  de  palabra.   Ej:  ¡Eres  un  inservible!  ¡Lo  que  haces no  sirve  para  nada!  -  Y  al  día  siguiente,  ya analítica,  esa
persona comenta:  - Debe  ser  interesante  lo  que  escribes...
¿No? -  Yo no le creo sus halagos.   Pienso que dijo en verdad lo que  pensaba cuando  estaba  reactiva  y  manejada  por  los
impulsos.   Y  no  ahora,   cuando  tiene  su  ética   totalmente analítica  y  habla  diplomáticamente.
Entiende que  si  hay un impulso reactivo,  la persona no está preparada  para  mentir.  No  hablo  de datos  falsos  o no,  de
órdenes hipnóticas implantadas y todo eso.  Hablo de cuando la persona  está dominada  por sus impulsos  y te insulta  o te
agrede  de palabra  con  adjetivos descalificadores.  ¡Ahí dice lo  que  siente!
Es cierto, que el engrámico dramatiza y crea roles de control,  pero también  es cierto  que  lo que dice  "le sale
de adentro"  y ahí  no hay engaño posible.
Analicemos   directamente   a   quienes   nos   rodean   y,  por diversas  razones   (justificadas  para  ellos),   nos  agreden...
lo dicen  en forma espontánea,  es  lo  que sienten  en verdad.
Supongamos  que,  hipotéticamente,  yo  me enojara contigo, tuviera  merd  acumulada  y  te  espetara:- ¡Siempre el mismo
fracasado!    ¡Nadie  te  tiene  en  cuenta!  
-   Y  cuando  estoy analítico comento en tono conciliador:  - Discúlpame,  creo
que  estuve  desubicado.   En  realidad,  no quise  decir eso. -Si lo dije,  es  que  dentro  mío  (de mi ego)  lo  sentía.  Y  no
mentía.  Por lo menos,  no me mentía  a mí.  Seguro que era un  concepto  equivocado,  pero  yo decía  lo que sentía...  lo
que  era  verdad  para  mí.   Los motivos  no importan aquí, si fue para descargarme, para herirte, etc.   Solo sé  que  en
ese momento  no me mentía.