Nota realizada por el Prof. Jorge Olguín.
Somos más sinceros cuando estamos iracundos
que cuando estamos tranquilos.
Marco Tulio Cicerón.
Se dice que cuando la persona está
reactiva lo que hace es
descargar su dolor, sea éste físico o espiritual. Por lo
tanto,
sus palabras no deben ser tenidas
en cuenta, porque la
persona reactiva solo busca herir al otro.
En cambio, la persona que está analítica, tiene la mente clara
y dice lo que en verdad siente
en ese momento.
Pero... esto es tan así?
La persona que está dominada por la mente reactiva y solo se
rige por sus impulsos... ¿puede dilucidar
claramente como
para generar una mentira?
¿No está sepultado su análisis bajo
una montaña de esos
impulsos?
Por el contrario, la persona que está totalmente
analítica... ¿no tiene la lucidez necesaria
como para preparar una
mentira?
Razonemos: Una persona que actúa dominada por impulsos...
¿puede expresar lo que no siente solo para lastimar? ¿O en
ese momento, presa de su mente reactiva, lo
que hace es
volcar su veneno, acumulado en períodos donde se presumía
que la persona estaba analítica cuando, en realidad, su mente
reactiva en estado pasivo manejaba todo, haciendo que junte
en su interior, lo que consideraba una agresión o una ofensa?
Se debe tener en cuenta que el Ego, fruto nefasto de la mente
reactiva, hace que la persona disfrace sus roles. Y
mucha
gente confunde a la mente reactiva pasiva (pero que
sigue
trabajando) con la mente analítica. Esta última logra que el
ego esté integrado casi en su totalidad y, de esa
forma, la
persona no está susceptible, no
se ofende, no "junta"
como si fuera un tacho de residuos y así, tampoco "escupe"
después ningún veneno... porque no tiene nada
acumulado
adentro.
Conclusión: ¿Quién dice la verdad? ¿La persona que
está dominada por sus impulsos, bajo el
poder de la mente
reactiva? ¿O aquella que se mantiene analítica, sin ningún
impulso que la domine?