Médium: Dr. Jorge R. Olguín
Entidad
espiritual que se presentó a dialogar: Johnakan Ur-el
(Quien
en una encarnación anterior fue Juan Zebedeo).
Interlocutor:
Estamos listos para recibir los mensajes. ¿Quién se va a
comunicar?
Johnakan: Soy Johnakan
Ur-el, el thetán de este receptáculo. Percibo en este
lugar a muchas entidades de los niveles bajos que, como siempre, tratan
de perturbar estos pequeños diálogos.
La defensa contra
esos espíritus del error es que cada uno de ustedes se envuelva
en Amor, proyectando una campana protectora alrededor de vuestro cuerpo.
La soberbia de estas
entidades no soporta las irradiaciones de Amor. Ellos relacionan esa emoción
positiva con una tonta ingenuidad.
Para aquellos que
no me conocen, ya ha sido transmitido que en mi encarnación anterior
me llamaba Juan Zebedeo y era el discípulo amado del Maestro Jesús.
Mi amado Maestro me enviaba con dos discípulos más a dar
sus mensajes en distintos lugares, tanto en Samaria como en Judea. No siempre
éramos bienvenidos.
Hemos sido agredidos
con piedras, hemos recibido palos, otras veces nos ha corrido una turba
enfurecida. Pero también en muchas viviendas fuímos agasajados
con distintos manjares, recibimos muchas ofrendas por transmitir la palabra
del Maestro, que no fue comprendido por todos, y hasta hoy está
siendo cuestionado.
Hay muchos escritores
polémicos actuales que se preguntan por qué Jesús
no encarnó en el centro de Roma y entonces así la historia
hubiera sido otra.
¡La historia
es otra! ¿O acaso no es así? La historia ha cambiado.
Cuanto mi Maestro dijo que "no he venido a traer la paz; va a haber luchas
entre familias", las personas de corto entendimiento lo malinterpretaron.
¿Adónde
quiero llegar? Para unos, Jesús puede ser el Mesías;
para otros, el unigénito. ¿Qué era mi Maestro en esa
encarnación? Un espíritu de Luz que encarnó para transmitir
el mensaje de Amor más grande de todas las épocas.
En esa época,
cuando lo conocí, yo era un chico de quince años y medio.
Comencé a admirar su forma de hablar y de pensar. Me fui dando cuenta
que era un hombre extraordinario. Se fue gestando en mi espíritu
un sentimiento puro y sublime, hasta que comprendí que amaba a ese
ser con toda mi alma. Era un ser que se brindaba sin reservas. Un ser que
no tenía egoísmos. Cuando el Maestro fue crucificado sentí
un vacío tan grande, incapaz de explicar con palabras. ¡Había
tantas cosas que no entendía todavía!
Pero fui creciendo,
sabiendo que el espíritu de Jesús siempre estaba cuando
yo lo precisaba. El me orientaba cuando tenía que escribir alguna
epístola. El me guiaba cuando tenía que realizar un viaje,
para transmitir su palabra.
Fui tomando conciencia
de la verdadera enseñanza y supe que, al desencarnar, me encontraría
de nuevo con El. Actualmente, ambos
estamos en el nivel 5º de vibración espiritual y
nuestra misión es tratar de resolver conflictos humanos, donde triunfan
las pasiones, los egoísmos, la desarmonía...
Hay agresiones,
desprecios, gestos que pueden llegar a lastimar más que una palabra,
dudas, celos, desconfianzas...
Todas estas cosas
son un tremendo calvario para mi Maestro. porque son señales de
que cada uno piensa solo en sí mismo. Incluso algunos
que dicen ser maestros espirituales caen presa del ego, superados
por su entorno. Hay seres encarnados en este plano físico a los
que todavía le falta mucho para llegar al grado de maestría
verdadero, porque siempre van a ceder a una tentación, dando paso
a la indiferencia y no al amor, dando lugar a la mezquindad y no a la entrega.
De repente, cada
entidad, en forma individual, piensa: -"Yo quiero tal cosa, yo
necesito tal otra". El famoso "yo", con minúsculas. El yo inferior,
manipulado por el ego, que hace que la persona busque ser autor
y protagonista de la obra.
Lo irónico
es que esa soberbia hace que el hombre crea estar más cerca de Dios.
Pero... ¿Adónde
cree el hombre que puede alcanzar a Dios? ¿En la cima de
la montaña? ¡Por supuesto, dirá, porque allí
uno se eleva!
En una encarnación
anterior a la de Juan Zebedeo, cuando yo estaba encarnado como Ananda,
mi primo Sidharta dijo una frase trascendental: "La ignorancia es la madre
del sufrimiento".
Mi amado primo no
estaba equivocado. La ignorancia hace que el ser humano se confunda los
términos porque, si te diriges hacia arriba, subes. Solo te elevas
si buscas dentro tuyo. Porque elevarte es otra cosa. Es ascender a tu interior.
Lo importante es
dejar de lado el "te quiero", el "te preciso", porque ese es un sentimiento
que hace sufrir al crear una dependencia.
¿Cómo
dejar de lado el "te quiero"? ¿Eso no es amor? No, eso es "necesidad".
No confundir con el "te amo".
Casi todos nosotros
dicen, en una relación de pareja: "Ven, te preciso", "Apúrate,
te necesito".
¿Cómo
"te preciso"? ¿Qué es eso de "te necesito"? Siempre
en función de uno, para alimentar el ego.
¿Cuándo
te brindas tú? ¿Cuándo das tú?
Porque el verdadero
Amor es dar. El amor es sentir la misma vibración del otro.
Eso se llama "vibrar en sintonía": "¡Mira que casualidad,
los dos pensábamos lo mismo!" "¡No lo puedo creer, ya te estaba
por llamar. Me ganaste de mano por dos segundos!" "¡Si tú
no me llamabas, yo te llamaba a tí! ¡Me sacaste la palabra
de la boca, yo te iba a decir lo mismo!"
¿No les ha
pasado? Esto es vibrar en sintonía. Pero...¿Por qué
no lo hacemos más seguido? Porque el ego transforma a la
persona en protagonista absoluto y nadie más tiene cabida. El yo
inferior impide que se conecten con el Yo Superior.
El ego es
el yo inferior, el susceptible, el que busca sobresalir, el que
se ofende, el que duda de todo, el que quiere crecer "aún a costa
de..."
Si el ser humano
tomara conciencia de su grandiosidad sería más humilde. Lo
tremendo sucede cuando el que toma conciencia es el ego y entonces,
la que toma el control es la soberbia.
Recuerdo la última
cena que compartí con mi amado Maestro, donde varios de los apóstoles
se pusieron a discutir en un momento determinado sobre quién era
el más importante para la misión espiritual.
"Jesús
los interrumpió, inquiriendo: -¿Quién les parece que
es más importante? ¿El que se sienta a la mesa o el que les
sirve? ¿No piensan que es el que se sienta a la mesa? Sin embargo,
yo estoy entre ustedes como el que sirve- Después de pronunciar
estas palabras, el Maestro se levantó de la mesa, se quitó
su manto y tomando una toalla, se la ciñó a la cintura. Luego
volcó agua en un pequeño recipiente y comenzó a lavarnos
los pies. Yo estaba paralizado por el estupor y no podía reaccionar.
Cuando le tocó el turno a Pedro, éste dijo: -Señor...
¿Tú me lavas los pies a mí?
Jesús
le respondió: -Es difícil que ahora entiendas lo que hago,
mas lo comprenderás después.
-No puedo permitir
que me laves los pies. Jamás te humillaré.
-Si no me dejas
lavarte, tampoco estarás a mi lado.
-Entonces, Señor,
no solo puedes lavar mis pies, sino también mis manos y mi cabeza.
Cuando mi amado
maestro terminó su tarea, explicó: -Si yo, que soy considerado
por ustedes su Maestro y me llaman Señor, he lavado vuestro pies,
ustedes también deben lavarse los pies los unos a los otros. Porque
este ejemplo que les he dado sirve para hacerles entender la verdadera
humildad. No hay que competir para tomar el mando de un grupo, sino para
servir a vuestro prójimo. No se dejen guiar por la soberbia, porque
les será imposible transmitir la palabra con sinceridad.- Me miró
a los ojos y, recorriendo luego con su mirada el rostro de todos, agregó:
-Ustedes saben que yo los amo. Les pido que, de la misma manera, se amen
los unos a los otros- Luego cerró los ojos y murmuró: -Padre,
te pido que el amor que me has brindado siga en ellos."
Este recuerdo es
válido para enseñar que se puede tomar conciencia de lo importante
que es cada ser humano, sin que lo invada la soberbia.
No es fácil
vivir despersonalizado, sin que el ego intervenga. Deben saber que
todo lo que los desequilibra emocionalmente, sucede porque vuestro ego
se halla involucrado.
Jorge B.: ¿Puede haber entidades negativas que traten en este momento de interferir el mensaje?
Johnakan: Sí.
No me molestan a mí, pero pueden perturbar a los presentes, haciendo
que se desconcentren, creándoles alguna idea confusa o dejándose
ver como fugaces ráfagas oscuras.
No deben preocuparse,
pues ningún espíritu del error tiene potestad sobre ustedes.
Si elevan el pensamiento, nada podrá perturbarlos.
También quiero
aclarar lo erróneo que es el concepto de aquellas personas que creen
que un espíritu puede tomar posesión de un ser encarnado
en contra de su voluntad. Esa es una creencia peligrosa y completamente
falsa. Ningún espíritu y tampoco ningún demonio, tienen
potestad para intentar someter al ser humano. Ninguna entidad puede transgredir
el libre albedrío de otra. Las posesiones que se dan a conocer en
algunos centros espirituales o en algunos templos, tiene su explicación:
1) Posiblemente
se trate de personas perturbadas psicológicamente ó 2)
La persona en cuestión se presta a ser "tomada", porque fue previamente
condicionada a ello.
También debo
aclarar que no existe ningún "espíritu divino" que, al entrar
en la persona, la desestabilice al extremo de crearle convulsiones. Eso
puede encajar en uno de los dos ejemplos anteriores, con el agravante de
que le hacen creer al feligrés que lo posee un espíritu de
salvación cuando, en realidad, ese cuadro tan grave solo lo pueden
provocar un demonio o un espíritu rebelde.
Sepan que el verdadero
acceso al "Espíritu Santo" es el estar iluminado con una Energía
Divina. Y eso nunca provocaría en la persona un efecto desfavorable,
sino un estado de éxtasis y de total armonía.
Karina: ¿El
lenguaje del Maestro Jesús, cuando estuvo encarnado, era despectivo
o injurioso para con ese pueblo, aparentemente tosco e ignorante, al que
le hablaba? ¿Es cierto que en algunas oportunidades mandaba a sus
discípulos a robar aves para alimentar a la muchedumbre que lo seguía?
Mi pregunta se
justifica porque con un médium anterior, ésto es lo que decía
la entidad que afirmaba ser el Maestro Jesús.
Johnakan: Cuando
mi amado Maestro estuvo encarnado, hablaba de una manera dulce y comprensiva.
Solo lo vi perder el control ante los hipócritas que fingían
adorar a Dios, mientras comerciaban con los que acudían al templo.
Les decía: -¡Raza de víboras!- y en verdad lo eran.
Me causa una profunda
tristeza el notar como se han tergiversado muchas cosas.
¿Dicen que
Jesús nos mandaba a robar aves? Eso es totalmente falso.
Carece de verdad.
Piensen que si mi
Maestro dijo: -"No se afanen tanto por vuestra vida, preocupándose
sobre lo que hayan de comer o beber... ¡El Padre Celestial provee
a los pájaros del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen
en granero! ¿No valen ustedes mucho más que ellos? Busquen
primero el Reino de Dios y todas esas cosas serán dadas por añadidura"-...
¿Cómo nos iba a mandar a nosotros a robar? Eramos capaces
de comer raíces antes de sacarle la comida a alguien.
Karina: Está claro. ¿Había momentos de aflicción y otros de gozo?
Johnakan: La incomprensión de muchos nos causaba aflicción. Jesús era quien más se afligía ante el desinterés de la gente por el mundo espiritual. Lo que hacíamos con gozo era transmitir su palabra. Aunque en algunas ocasiones no salíamos bien parados. En algunos lugares recibíamos palos, en otros cascotazos. Pero la mayoría de las veces, hortalizas, legumbres... Y sí aves, y sí corderos, y sí compartíamos el vino con nuestros anfitriones. Había gente que era agradecida del mensaje y disfrutábamos la charla con ellos y, por supuesto, la comida.
Interlocutor: ¿Qué podemos saber sobre la Transfiguración?
Johnakan: Es un tema
muy delicado. Sepan que el capítulo de la Transfiguración
es uno de los temas que puede generar más polémica, porque
el relato tiene dos puntos claves.
Estando encarnado
como Juan Zebedeo, mi amado Maestro nos había llevado a Pedro, a
mi hermano Santiago y a mí a un monte alto, en una zona apartada,
con el pretexto de que íbamos a orar. Subimos por una cuesta empinada
durante varias horas y, al llegar a la cima, nos recostamos a descansar.
Jesús se quedó de pie y caminó lentamente hacia
unos matorrales. Levanté la vista y observé que su rostro
comenzó a cambiar de aspecto, proyectando un leve fulgor. El brillo
fue aumentando su caudal, hasta emitir un tono resplandeciente. Luego se
emparejó en todo su cuerpo. En un momento dado, Jesús
vibraba con una intensidad tan elevada que, en medio de la noche, ese
fulgor hacía que nuestro ropaje se viese blanco. Casi al instante,
de un costado, aparecieron dos figuras que resplandecían igual que
el Maestro. Se acercaron a El y comenzaron a dialogar.
-Son Moisés
y Elías- susurró Pedro en voz baja.
Yo estaba paralizado
por el estupor. No le respondí.
-Parecen hombres
de otro mundo- pensé, sin saber lo cerca que estaba de la verdad,
pues mi amado Maestro se estaba comunicando en ese momento con seres de
otro sistema estelar, que habían venido a intercambiar ideas filosóficas.
Era evidente que mi Maestro era conocido por esa cultura extraterrestre.
Con un rayo especial,
habían cambiado la vibración de la parte física de
Jesús, haciéndola más sutil y acorde a la vibración
de esos extraterrestres.
La Transfiguración
había sido una transmutación en la materia del Maestro, para
poder realizar sin inconvenientes esa comunicación.
Dominando su temor,
Pedro se acercó a ellos. Inspirando en forma profunda, tomó
la palabra y dirigiéndose a Jesús, exclamó:
-Señor, aprovechando que estamos aquí, quizás te seamos
de ayuda. Podemos hacer tres tiendas para que estos profetas y tú
puedan pasar la noche.
Mi amado Maestro
le hizo un gesto, impidiendo que Pedro se siguiera acercando. Era lógico,
pues las tres figuras estaban refulgentes, con un resplandor tan fuerte
que no se las podía tocar. La radiación que emanaba de ellos
podía llegar a quemar nuestra piel.
En ese momento,
una luz surgió desde lo alto. Observé hacia allí y
noté que la luz emanaba de un artefacto volador. Una nube cubrió
las tres siluetas y una voz dijo: -Este es mi Hijo amado, mi elegido. Escuchadle
y no dejéis de hacerle caso.
Caímos de
rodillas, cerrando los ojos. Un minuto después escuché a
mi amado Maestro, exclamado: -Levántense, no tengan miedo.
Cuando levanté
la vista, la luz había desaparecido y Jesús estaba
solo. Se acercó a nosotros y dijo: -No teman.
Cuando bajamos del
monte, nos pidió que no contáramos a nadie sobre la visión
que habíamos tenido.
-Maestro- le pregunté
con curiosidad –Pedro dice que tú hablaste con Moisés y Elías,
que resucitaron de entre los muertos.
-No es así-
dijo Jesús –Les digo, sin embargo: Elías vino ya,
encarnando poco tiempo antes que yo naciera, pero no lo reconocieron y
han hecho con él cuanto han querido.
Comprendimos que
Jesús se refería a Juan, el Baustista.
Ahora voy a referirme
a los dos puntos clave del relato: El primero, donde se refiere a la presencia
de seres de otros planetas, que ya conocían a mi amado Maestro.
El segundo, donde se demuestra que Jesús habla de la reencarnación.
Ese es uno de los pocos puntos que se olvidaron de borrar en el Concilio
del año 553.
Interlocutor: ¿Alguna vez el Maestro Jesús, siendo una entidad tan elevada, se cuestionó el hecho de estar perdiendo el tiempo con esa gente tan ignorante, que probablemente no entendía nada de lo que estaba diciendo?
Johnakan: El Maestro
se cuestionaba otras cosas, pero jamás se cuestionó el tratar
de enseñar al ignorante. Esa gente merecía todo su amor y
todo su respeto.
Lo contrario hubiese
sido discriminar y la forma de pensar de Jesús era opuesta
a toda discriminación. Nunca cuestionó a ningún seguidor,
ni a ninguna persona que quisiera aprender de El. Porque el Maestro era
y es Amor. Y donde hay Amor, no existen los cuestionamientos.
Sí puede
haber censura para tratar de corregir a aquel que plantea algo equivocado.
¿Cuántas veces piensan que ha censurado a Pedro? ¿Cuántas
figuran en los escritos?
¿Y si les
digo que lo ha censurado por lo menos seis veces?
Pedro era temeroso.
Una vez, en el Huerto de los Olivos, le dijo con voz acongojada: -Señor,
has dicho que el que te va a entregar está cerca. Crucemos el Jordán
y alejémonos de aquí.
-¡Aléjate
de mí! ¡No me tientes!- le respondió Jesús
en ese momento.
¿Por qué
respondía con esa frase? Porque el Maestro estaba encarnado y tenía
dudas.
Otra vez, Jesús
nos había dicho que sus días iban a terminar en Jerusalén,
pero que primero iba a sufrir mucho en manos de los ancianos, los sumos
sacerdotes y los escribas. Pedro lo llamó aparte e intentó
reprenderlo: -¡Manténlos lejos de ti, Señor! ¡De
ningún modo te harán sufrir!
-¡Quítate
de mi vista, Satanás!- le gritó el Maestro –Aquel que quiera
salvar su vida, la perderá... pero quien pierda su vida por mí,
la encontrará.
Jesús
realizaba dos cosas a la vez: censuraba a Pedro y daba un mensaje en
forma de parábola, dando la importancia debida a la vida material
y a la espiritual.
Interlocutor: ¿No lo llamaba el Maestro Jesús a Pedro "piedra" para dar a entender que lo consideraba un hombre firme, sólido?
Johnakan: En realidad, muchas veces esa expresión era una amorosa ironía del Maestro. ¡Porque Pedro, aunque temeroso, era muy testarudo!
Florencia: ¿En algún momento Jesús anunció el regreso de Mahoma?
Johnakan: No, eso
es absolutamente falso. Hay muchas cosas que el Maestro no ha dicho y han
sido escritas. Hay otros mensajes que Jesús ha comunicado
y ha sido premeditadamente ocultados.
Hay evangelios muy
polémicos. En uno de ellos pintan al Jesús infante
como un pequeño perverso, que quitaba vidas por capricho. Eso es
una infamia y un ataque alevoso al amado Maestro. Obviamente, hay muchas
historias falsas.
Pero también
hay muchas otras que son ciertas.
¿Que solo
hay cuatro evangelios? No, hay muchos más y dan referencias desconocidas
sobre la vida de Jesús. Claro, no todos son veraces.
Interlocutor: ¿Cómo reconocer cuáles son verdaderos?
Johnakan: Déjense
guiar por su corazón, por su sentido común. Yo no se los
voy a decir a ustedes. Ustedes lo van a deducir si son guiados por su coherencia.
Si ven un mensaje de un Jesús infante que por capricho mata
a otro chico porque le quita una bolita, no crean en eso. No crean en un
Jesús caprichoso, porque Jesús es amor.
No crean en un José
que lo censura. Crean en un José que le enseñaba amor a un
Jesús niño, ávido de conocimiento y que, posteriormente,
aprendía de un Jesús adolescente, ya curtido en varias
charlas con maestros y doctores de la Ley.
Karina T.: Volviendo a un tema anterior... ¿No podría ser un espíritu del error la entidad que, a través del médium anterior, dijo ser el Maestro Jesús?
Johnakan: En ocasiones algunos médiums, por una mal entendida picardía, interfieren los mensajes agregando cosas que son de su propia cosecha. Otros médiums, por diversos conflictos de ego, interfieren la comunicación con la idea equivocada de hacer quedar bien a la entidad, sin darse cuenta de que, en realidad, están malogrando el mensaje.
Interlocutor: ¿Todos tenemos un "Guía del Destino" o, como lo llaman algunos, un "Angel de la Guarda?"
Johnakan: Todos los seres encarnados tienen un Angel que vela por él y un espíritu guía, como orientación... mas no todos escuchan "esa voz interna".
Interlocutor: ¿Tienen alguna potestad sobre nosotros?
Johnakan: Ya lo dije antes. Ninguna entidad espiritual tiene potestad sobre el ser humano. Esto deben tenerlo muy en claro. El Absoluto da el libre albedrío a todos sus hijos como muestra de Amor.
Jorge B.: ¿Y el cambio de conciencia?
Johnakan: ¡Se
tiene que lograr! Cada uno lo tiene que lograr y lo tiene que ir transmitiendo.
Porque si el amor predomina sobre el egoísmo les puedo asegurar
que la suerte de la humanidad va a cambiar.
Se están
jugando el destino de la especie y no se dan cuenta. Piensan que las reservas
del planeta son infinitas.
Tengan en cuenta
que lo único inmortal es el espíritu.
Que el Absoluto
los bendiga a todos y a cada uno de ustedes.
Interlocutor:
Muchas gracias por los mensajes y hasta la próxima sesión.
Resumen de un
capítulo del libro
El Cielo responde
Prof. Jorge Olguín, psicólogo cognoscitivo.
Para información escribir un email a: olguin_jorge@yahoo.com