Los  ángeles

 

                       EL KARMA EN LOS ÁNGELES

 

El plano físico  es como un inmenso  pozo gravitatorio.   Las entidades espirituales que encarnan están sujetas a los vaivenes de dicho plano:  el ego actúa  en forma nefasta,  haciendo que el ser encarnado  protagonice distintos roles  de dramatización.  El apego desmesurado  puede llegar  a transformar a la persona en un  ser  egocéntrico.  Su cuerpo  de deseos  se verá  expuesto  a diversas tentaciones egoicas  y tanto  los espíritus del error,  los demonios,  como  las energías lúdicas,  aprovechan  esa brecha para  manipular  al  ser  humano  y  así  sumirlo  en  conductas negativas,  entorpeciendo  su  Evolución. 

Los  ángeles  no  están  exentos  de caer  en  las  mismas circunstancias,  pues  al encarnar  en  la Misión  que fuese,  su memoria  es  automáticamente borrada  por  el  velo akáshico.
 Al igual que los espíritus,  los ángeles  encarnan con solo un  10%  y  su  90%  restante  permanece  en  el  plano  6º.
Entonces...  ¿Cómo  revierten  su  asignatura  pendiente aquellos ángeles que cometieron errores?  Dentro del plano 6º hay un sub-plano llamado Limbo,  donde van esos ángeles que sufren  un  efecto  kármico  debido  a  una  conducta errónea.
Además,  si las entidades angélicas  que han encarnado en el plano 1º  cometieron  actos de crueldad,  ya sea  por impulsos emocionales o por ansias de poder, también pueden (de alguna manera) descender de nivel de vibración.  ¿Cómo?  Así como la parte que encarna en el plano físico es un  10%  del total  de la entidad,  si arrastra karmas graves  ese 10%  puede bajar a los niveles 3,  2,  -1  y  -2,  y ya allí vivenciar el apego, la ignorancia o  el dolor  de los seres  que  habitan  esos planos.   O  sea,  no desciende el total  de la entidad (como pasa con los espíritus), sino el 10% que cometió los actos hostiles que generaron esos karmas.  Una vez aprendida la lección kármica  puede retornar a su plano o pedirle a los Lípikas  volver a encarnar en el plano físico para terminar la Misión  que había dejado inconclusa en su vida terrenal anterior.
Recuerden que en el plano 1º  no hay garantías de nada. 
Aquellos que encarnan (ángeles o espíritus)  pueden volver a equivocarse.

 

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