2º PARTE
Nota realizada por el Prof. Jorge Olguín.
Le comenté la inquietud a una persona muy cercana
a mí,
porque había notado que yo estaba pensativo,
y le dije a
grandes rasgos mi teoría. Le dí el ejemplo de una amiga en
común. No estuvo de acuerdo conmigo, argumentando que
esa amiga sí había cambiado, puesto que la madre de
ella
había fallecido, al igual que su pareja... ahora esta mujer se
encontraba sola, más sufrida...
Le respondí que eso no era una
"transformación interna",
sino un cambio emocional, debido a
las circunstancias
dolorosas que atravesó, pero era la misma persona, con su
carácter posesivo y caprichoso, con su mal humor, etc. Esta
persona insistió en que notaba un cambio en esa amiga, pues
ahora era más independiente, incluso había
heredado una
casa y, como corolario, concurría a un centro evangélico.
Le expliqué que estaba sola
por las circunstancias ya
nombradas y también, debido a eso, tenía la propiedad, lo
que no demostraba un cambio interior. Por
otro lado, el
hecho de concurrir a un lugar
religioso, no demostraba
evolución, sino necesidad de apoyo espiritual.
Recordé también el caso de un amigo mío
que, al verlo
después de algunos años, me
seguía contando de sus
conquistas afectivas, como cuando tenía veinte...
Volviendo al tema
inicial, de recordar un momento grato,
una escena de vida que haya quedado grabada en el corazón
de forma definitiva, me quedo con el presente, pues ahora
tengo conmigo a la gente que quiero y, gracias a Dios, casi
todos sí cambiaron, creciendo por
dentro. Entonces, si
tuviera que elegir una escena de esta vida,
elegiría el
día de hoy.
Tengan en cuenta que la mayoría de las personas tienen un
tremendo apego y viven necesitando, ya sea amor o cosas
materiales. Ese apego les hace extrañar su pasado, aunque
éste no haya sido bueno. Y elegirían como
recuerdo de
vida una escena del ayer, nunca el hoy... porque viven del
recuerdo, se nutren del mismo,
son protagonistas del
pasado... y eso les impide crecer.
El poco o mucho ego que tengo (eso lo dirán ustedes), me me obliga a elegir el momento presente, porque no podría dialogar ahora con ninguna de mis hijas de años atrás con la soltura actual, pues no me entenderían. Tampoco podría cruzar palabras con amigos que conocí hace un tiempo, pues eran crisálidas y estaban desarrollando su Sabiduría interior. Muchos de ellos tuvieron el mérito de querer crecer y eso es valioso.
No hablo del futuro, no lo conozco...
espero que sigamos
evolucionando, puesto que aquel que tiene una inquietud
espiritual, siempre aprende... pero como
el destino lo
trazamos nosotros, deseo que así sea... y
así será. Por
último, repito las palabras de mi Maestro, cuando le dijo
al Padre: - "Hágase Tu voluntad y no la mía"...
Mas espero que Dios esté de acuerdo conmigo.