Conceptos sobre la mente analítica y Psicointegración
 
Sección Psicointegración y Psicoauditación

 

de Daniel José Queraltó
con la aprobación del Prof. Jorge Olguín

 

La mente analítica es la que nos permite adaptarnos a los cambios en las situaciones en las que vivimos para obtener mejores resultados que los que conseguiríamos solamente usando ya sea nuestra memoria, o una acción aprendida, o un engrama o reacción.

Se basa en cierto grado de comprensión consciente de las variables que forman una situación, seguido de un análisis y toma de decisión también en forma consciente.

El uso de la mente analítica tiene muchas virtudes, por ejemplo:

  • Se obtienen mejores resultados por el hecho de tener en cuenta más parámetros.
  • Evitamos errores en los que caeríamos sin un análisis previo.
  • Evolucionamos más rápido por que una comprensión de una situación es mejor que un conocimiento de una situación, y además tiene efecto acumulativo para posteriores experiencias.

La acumulación de las pequeñas ventajas que obtenemos con ella lleva con el tiempo a la acumulación de una gran ventaja. Una persona que durante un tiempo prolongado use dicha mente en un pequeño porcentaje más de lo habitual, acaba siendo una persona diferente.

Pongamos un ejemplo del uso de distintas mentes. Mientras estamos aprendiendo a conducir obviamente estamos muy atentos a lo que va ocurriendo a nuestro alrededor. Vemos y analizamos esa señal de stop, vemos y analizamos esas líneas de la carretera, etc. Sin embargo con la práctica ya no nos es necesario estar analizando tantos parámetros, si no que todo se vuelve más automático. Solo con medio ojear la señal de stop se nos va el pie al freno; ni se nos ocurre adelantar el línea continua; etc. Entonces queda claro que mientras aprendemos usamos mucho más la mente analítica, y luego ya no nos es tan necesaria por que con los datos aprendidos superamos el 99% de las situaciones. Por tanto al ser más expertos usamos mucho más una mente basada en la memoria.

Este ejemplo explica claramente una de las principales causas de no usar nuestra mente analítica, la comodidad, por creer que es suficiente actuar como hemos aprendido.

Si bien en el ejemplo de conducir es lógico que con el tiempo y la experiencia nos sintamos cómodos, obviamente estando siempre alerta, no es tan así en las complejas situaciones que se dan en nuestras vidas.

¿Dónde está la diferencia? En la cantidad de parámetros.

En el tema de la conducción de vehículos, todos los que tienen práctica podrían enumerarla mayor parte de los parámetros que inciden durante el manejo del automóvil. Las listas hechas por la mayoría de personas serían muy similares, y sin duda los parámetros que algunos olvidasen serían reconocidos sin ningún esfuerzo por ellos mismos al verlos en las listas confeccionadas por otras personas.

Sin embargo, no hace falta irnos del tema de la conducción para empezar a ver que nada es tarea simple. Quizás alguno de los conductores fuese experto en la conducción extrema, y seguramente incluiría en su lista varias observaciones no presentes en las listas confeccionadas por la mayoría. ¡Ho sorpresa! ¡La mayoría se daría cuenta que no sabía tanto como pensaban! Pues esto, multiplicado por mil, se da en el día a día. Da vértigo solo intentar ser consciente de la cantidad de parámetros que influyen en nuestras vidas.

Si bien en el tema de la conducción podríamos mejorar mucho con un cursillo de conducción extrema, ¿cómo se resuelve algo infinitamente más complejo? Allí donde no llegue nuestro conocimiento podremos usar una herramienta que todos tenemos: la mente analítica.

Buena parte del problema reside en el asumir que ya tenemos suficiente conocimiento de algo para creer que nuestra acción no analítica es correcta. ¿Dónde está el límite? ¿Cuándo es necesario pensar y cuando no? Pongamos algunos ejemplos. Reaccionar es necesario al quemarnos y retirar la mano sin pensar. Tal como hemos dicho no es necesario analizar todo lo que ocurre al conducir, bastando estar alerta. En resumen, no es necesario usar la mente analítica a pleno cuando el resultado obtenido no mejoraría, o directamente podría ser contraproducente como al quemarnos.

Una reacción no analítica típica es cuando alguien contesta rápidamente sin pensar. Esa persona en ese instante está deseando haber contestado correctamente, o directamente cree que es así. Naturalmente no ha tenido en cuenta gran cantidad de parámetros por que se lo ha impedido a si misma. Es un ejemplo claro de mente reactiva y de engramas en acción. ¿Cómo se pueden superar este tipo de reacciones?

  • Tomando una pastilla que te anule lo suficiente como para que no tengas fuerza para reaccionar. Obviamente esto es negativo, por que no soluciona el problema, solo lo enmascara. Y aparte seguramente tiene efectos secundarios. Es necesario decir, sin embargo, que algo así puede estar justificado en casos de severo desequilibrio con posible resultado de lesiones, a la espera de una solución mejor. También hay que tener en cuenta la posibilidad que la causa sea física y que sea necesaria una intervención médica.
  • Eliminar el engrama mediante terapia de la anterior técnica. El individuo reconoce el origen de su engrama, quizás algo relacionado con la necesidad de ir rápido, o quizás la necesidad de demostrar ligereza mental, o cualquier otra causa. Entonces se da cuenta que el origen era irracional y consigue liberarse de la necesidad de esa reacción.
  • La anulación del origen del engrama indirectamente mediante psicointegración, integrando los yoes. El individuo reconoce cuando un impulso es por ego y lo descarta por ya no formar parte de lo que es ahora.

Extendiéndonos en este último punto, una reacción como la comentada de contestar rápidamente en general es por ego por que está basada por ejemplo en la necesidad de mostrarse de una forma determinada, cuando precisamente alguien integrado disuelve su personalidad por comprender que debe actuar según cada circunstancia. Se da cuenta que la personalidad son pautas irracionales que entorpecen el analizar y resolver una situación de la mejor forma posible. Igual queda algo que puede ser calificado como personalidad, pero no está basada en pautas reactivas si no que es la consecuencia de nuestro concepto, el cual nos define.

Otro ejemplo preclaro es el ajedrez. Ser reactivo equivale a jugar sin pensar. Por supuesto da mal resultado. Tener una personalidad marcada equivale a descartar cierto tipo de planes en favor de otros incluso irracionalmente. Implica como mínimo perder posibilidades. Ser analítico equivale a juzgar la posición por los parámetros que nos parezcan óptimos, y tomar un plan acorde con nuestra evaluación, sin interferencias irracionales.

Por supuesto que analizar requiere tiempo, pero ¿quién ha dicho que tengamos que correr? ¿No será que estamos reaccionando?