Relatos sobre Aldebarán IV:


Si bien la Psicoauditación es la técnica más idónea para erradicar los engramas conceptuales del Thetán o Yo Superior de la persona, la mayoría de las veces se psicoaudita a thetanes que habitan en planos del Error y sus palabras pueden no ser amigables y/o oportunas para ser tomadas como Mensajes de orientación, algo que sí se da cuando se canaliza a Espíritus de Luz o Espíritus Maestros.
El hecho de publicar estas Psicoauditaciones (con autorización expresa de los consultantes) es simplemente para que todos puedan tener acceso a las mismas y constatar los condicionamientos que producen los implantes engrámicos.
Gracias a Dios, esos implantes son desactivados totalmente con dicha técnica.

Atte: prof. Jorge Olguín.

 

 

 

 

Sesión 1° de Ar-Marel.

 

 

 

Entidad que se presentó a dialogar: Ar-Marel (Samya)

 

 

Thetán: Hermanos queridos, mi nombre es Ar-Marel y mi encarnación más conocida en Aldebarán IV fue la princesa Samya, aunque tiempo después volví a encarnar en ese mundo y es la vivencia que voy a relatar primero.

Interlocutor:
¿En qué plano de vibración te encuentras?


Thetán:
Estoy en el cuarto nivel de vibración.


Interlocutor: ¿Estás encarnado?


Thetán: Estoy encarnado
como femenino.


Interlocutor: ¿Es alguno de los presentes aquí?


Thetán: Si, así es.


Interlocutor: ¿Se puede decir quien?


Thetán:
Mi 10% encarnado se llama Marcela. Es la primera vez en centurias que encarno en este planeta Sol III. Estuve encarnado en Aldebarán IV, hace muchos de vuestros siglos.

Es un mundo similar a lo que ustedes llamarían la fantasía heroica. Hay enormes castillos. También suntuosos palacios e inexpugnables fortalezas. En las regiones centrales las costumbres son similares a la Edad Media de Sol III y en las zonas más al norte, la vida se asemeja más a la Edad Antigua terrestre. Llegando más al norte, donde la nieve es parte del paisaje, existen hordas de saqueadores.
Los navivos llaman Umbro a Aldebarán IV, porque los días son más cortos que las noches.
Suele haber muchas nubes y son pocos los días que se puede apreciar el esplendor de la estrella...
Hay distintas facciones que viven peleando por luchas de poder, lo que lleva a cometer traiciones, ocultamientos e intrigas palaciegas.

Es muy común que haya muertes violentas y también que se comentan asesinatos encubiertos.
Tengamos en cuenta que en ese planeta hay guerras continuas, con armas similares a vuestras espadas, hachas, manguales, cimitarras
, arcos y flechas, etc.


Interlocutor: ¿Están en una época primitiva, diríamos?


Thetán: Primitiva,
pero además, en Umbro hay distintas mezclas de razas.


Interlocutor: ¿Son todos homo Sapiens?


Thetán:
No, hay distintas especies, incluso seres alados... pero deseo seguir relatando detalles de Aldebarán IV.
Es un mundo diferente a la mayoría, ya que no existe el avance tecnológico. Su cultura no ha avanzado en miles de rotaciones... y hasta el presente sigue habiendo
muchas guerras intestinas.
Y bueno, al comienzo estaba obviamente en ese planeta tratando de elevar
su cultura.
Esa era mi Misón al encarnar.

Tenía la ventaja que la familia en la que yo había nacido era una familia de la clase privilegiada, lo que aquí en Sol III sería de clase alta, y trataba de logar una tregua en las distintas regiones. He logrado hacer que distintas facciones se arreglaran mediante Tratados. Mi aspiración final era la paz planetaria.


Interlocutor: ¿Y cual fue la razón que encarnaras en ese planeta y no, diríamos, aquí en la tierra?


Thetán: Encarné en
Misión, como dije recién. Intencioné nacer en determinada familia y conceptuando con los pikas, acordaron que allí podría dsempeñar bien la Misión. Reconozco que viví en una familia que me apoyó en mi tarea...

Allí obviamente las familias se componen a veces de cuarenta individuos, entre tíos, primos y otros parientes. Son familias de grandes nombres en Umbro: Los Ailag, los Ten, los Dorag... Fin era mi nombre y pertenecía a la familia Ailag, que tenía una antigüedad de generaciones y generaciones.

Y bueno, he logrado grandes tratados de paz y convenios entre distintas regiones. Obvio que no logré una unión planetaria, ya que al ser una civilización con ningún adelanto tecnológico, había cientos de territorios aislados...


Interlocutor: ¿Cómo desencarnaste? ¿En que forma?


Thetán:
Espera, te cuento que como Fin he tenido descendencia, dos mujeres. Era de raza homo sapiens y eso indica que el humano no es exclusivo de Sol III.
En la región donde vivía éramos
más voluminosos que los humanos terrestres.
Y con respecto a tu pregunta, te respondo que desencarné cuando ya mis hijas eran adultas y fue de falla cardíaca.


Interlocutor: Perdón. ¿Han llegado
seres de Aldebarán IV a la Tierra?


Thetán: No, no
teníamos la tecnología para viajes espaciales... si ni siquiera se había descubierto la electricidad.
Si bien en la zona Norte moraban seres que emitían descargas eléctricas, jamás se ideó algún aparato que usara esa energía.


Interlocutor: Está claro. ¿Cuál es la misión de haber encarnado ahora en la
Tierra?


Thetán: El poder ayudar, el poder servir, el poder ser útil. Lo que pasa
es que me sucede lo mismo que a muchos de vosotros... uno encarna en Misión y, a diferencia de la última encarnación en Umbro, traté de elegir una familia con poco poder material, como la mayoría de los que estamos aquí, para poder aprender la lección del desapego, pero también como a la mayoría de vosotros, se hace muy cuesta arriba después. Y nos quejamos de nuestra suerte, ya que al no tener memoria reencarnativa, no sabemos que fue una elección de nuestro propio espíritu. Entonces nos preguntamos por qué no elegimos nacer en una familia pudiente. Y la respuesta es: -Porque se aprende con el sufrimiento. A veces uno encarna en una familia pudiente y la mayoría se deja estar después... y cae en la desidia...


Interlocutor: Y, ¿
Cuál es específicamente tu Misión?


Thetán: Es la misma
Misión que tienen todos ustedes. Es la Misión de Servicio. Como thetán estoy en un cuarto nivel, y vivo investigando, y también creciendo...


Interlocutor: Está bien, pero concretamente para tu parte encarnada, ¿Cuál sería el mensaje que le darías?


Thetán: ¿Qué mensaje le daría yo a mi parte encarnada? Que no ceje, que no baje los brazos, que siga en la lucha. Que le van a caer diez pedazos de adoquín encima, y va a
recuperarse once veces. Ese es el mensaje, ya que siempre hay que recordar que si la parte encarnada baja los brazos, puede tirar abajo al thetán.


Interlocutor:
¡Jejé! ¿Te jala hacia abajo tu parte encarnada algo, o no?


Thetán: A veces puede tironear, en los momentos de impaciencia, y a veces puede llegar a mandarme
Luz desde todo su Ser, en los momentos que quiere crecer. Y eso es muy importante. El querer, el tener ganas. Ya lo han dicho otros Maestros del quinto nivel, que cuando el ser encarnado tiene ganas de hacer más, transmite las mismas ganas al thetán... es muy importante eso.

Recuerden que en la encarnación anterior estaba en un mundo en donde el común denominador era la guerra. Pero esa guerra continúa. En cualquier región que vivieses estabas cerca de dicha guerra. De repente estabas comiendo en la taberna, te pateaban la puerta, venían veinte personas. Si eras mujer te violaban arriba de una mesa, y después, si les agradabas te raptaban y si no, te cortaban el cuello con un hacha de doble filo. No sé si se imaginan semejante arma...
Y así era en todo Umbro...


Interlocutor: Una pregunta. Aquí
, en el planeta Tierra, ¿alguna de tus encarnaciones fue conocida, algún personaje conocido?


Thetán: No. Pero hubo muchas encarnaciones donde
he hecho Servicio. En otras he cometido errores, que yo justificaba, porque había sufrido violaciones como mujer y directamente he matado con un estilete a la persona que me ha violado. He sido perseguida. Una vez he caído en la guillotina. He bajado al plano tres por rencor.


Interlocutor: La
Revolución Francesa, ¿en esa época?


Thetán: No, no. La gente se piensa por una historia mal contada, que Guillot
ín es el inventor de la guillotina, pero hubo una parte en la región nórdica, para el año 1200 de vuestra era, y anótalo eso si quieres, donde había una especie de guillotina rudimentaria. Pero no era tanto el filo lo que te cortaba el cuello. Era un aparato que tenía cuerdas gruesas y pesaba como trescientos kilos. No sé si te seccionaba o directamente te quebraba la cervical.

Interlocutor:
Obviamente ese artefacto era más impresionante que la guillotina francesa...

Thetán
: Los nórdicos te podían cortar el cuello con un hacha que tenía una hoja terrorífica... y te aseguro que el prisionero que iba a ser ejecutado rogaba que quien tuviera ese arma sea lo suficientemente fuerte para acabar con su vida con un solo golpe.

 


Interlocutor:
Es fuerte lo que me cuentas, pero como psicoauditor debo seguir preguntando... ¿Cuál es la experiencia de que a uno le corten el cuello? Me refiero, uno es un espíritu, bueno... uno desencarna, pero...


Thetán: En e
se momento el 10% transmite un temor atroz. Y hay un cimbronazo en el 90%. Es el mismo cimbronazo que sentía el condenado en los aparatos de electricidad, donde le quitaban la vida física, en vuestro país del Norte.


Interlocutor: Pero, ¿Cómo se dispara el 10%, diríamos, para unirse con el 90%? ¿Es automático?


Thetán: Todas las desencarnaciones
violentas son iguales. Sucede que lo que transmite el 10% encarnado en ese momento es un miedo que es conceptuado simultáneamente por el 90%.


Interlocutor: Pero a lo mejor algo así no es tan grave
...


Thetán: En realidad trae engramas en encarnaciones posteriores
...


Interlocutor: Yo lo pregunto por que en mi encarnación con Nerón, me clavé un cuchillo ayudado por un sirviente, ¿no?


Thetán: Sí, sí. En el fondo tengo entendido que lo has hecho para que después no tuvieras un sufrimiento mayor o algo así, ¿no? Es eso lo que percibo.


Interlocutor: Si, fue algo así,
porque me iban a matar a latigazos.


Thetán: Es eso lo que percibo.
Muchas veces tomé la justicia por mis manos. Y después, en otra encarnación, pude ayudar a una comarca entera, a un lugar que estaba desamparado, y bueno, he subido nuevamente de nivel, y he seguido en el cuarto nivel.


Interlocutor: ¿Alguna vez fuiste a parar a la octava esfera?


Thetán: No, no. Pero me han contado
su estado de sufrimiento otros seres que han morado en el plano -2 y lo he vivenciado por relato. Aparte, nosotros (como espíritus) tenemos el don, por así llamarlo, no solamente de comunicarnos mediante conceptos, sino también, (si el otro nos permite y abre su cortina conceptual), de vivenciar la mente del otro.

Les mando toda mi Luz. No dejen de estar en el Servicio.


Interlocutor: Bueno, gracias por haber estado aquí.

 

 

Sesión 2° de Ar-Marel.

 

Thetán: Siglos antes de haber encarnado como Fin Ailag, encarné con el nombre que se me conoce, que es el de Samya, cuando encarné como Princesa en el Reino de Or. Obvio que también fue en el mundo de Umbro, conocido por vosotros como Aldebarán IV.

Esa vida, fue por un lado más triste, porque de joven estaba solitaria de afectos. Siempre los grandes amores me fueron prohibidos, pero por otro lado trataba de ser útil a mi entorno directo. Cuando Ligor me salvó de las garras de Borius sentí como que mi corazón latía más fuerte, pero él se fijó en Nuria, mi doncella.
Ambas estábamos condicionadas a las costumbres del Reino... Nuria, por ser mi doncella, había hecho votos de castidad. Y yo, por mi rol de princesa, estaba oligada a casarme con un Noble, por lo que Ligor estaba fuera del alcance para ambas.

Tal vez no fui tan importante en cuanto a Servicio como en la encarnación de Fin Ailag, donde pude lograr uniones entre enemigos acérrimos, pero la de Samya es una encarnación que recuerdo con mucho cariño, aun sabiendo que era un rol nada más.



Quizás porque he conocido grandes personajes, grandes roles, que fueron como héroes históricos en Umbro al cabo de cientos de vuestros años. Tal vez en el futuro se cuenten hazañas épicas de esos seres a los que he conocido.

Y bueno, llámenlo ego si quieren, aunque el ego no existe en el plano cuatro. Pero siento un orgullo muy grande de haber sido un rol contemporáneo de esos héroes. Como Ligor, como Fondalar, como Jonus u otros. Agrego que en esa encarnación llegué a ser Reina, me casé con un noble de una región vecina y fuí madre de un varón y una niña. Quedé viuda en edad temprana, pero no me volví a casar. Me dediqué a criar a mis hijos y a reinar en Or de la manera más justa posible. 

Este es el agregado que quería decir. Hasta todo momento y un especial cariño al Maestro Ruanel, que más de una vez se ha contactado conmigo desde su plano de Luz.


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