RAH, EXTRATERRESTRE DE ANTARES 4º
El siguiente diálogo fue sostenido por Horacio Embón con el Profesor Jorge Olguín, en el
programa de TV por Cable Zona Infinito, emitido los días 6 y 7 de Julio de
1999, en cual se presentó a dar un mensaje telepático Rah, extraterrestre de
Antares 4º.
Horacio Embón: Nos acompaña en este programa el
profesor Jorge Olguín, a quien le vamos a preguntar qué es la mediumnidad.
Jorge Olguín: La mediumnidad es un
don que todos los seres encarnados podemos desarrollar. Muchos la confunden con
la telepatía... En realidad, la mediumnidad es la comunicación del ser
encarnado con las entidades espirituales que están desencarnadas, comúnmente
mal llamadas "muertos".
De todas maneras, hay
una desinformación con respecto a eso... Se cree, por ejemplo que toda el alma
encarna y esto no es así. Sólo encarna un 10 % de ella. El otro 90 % está en el
plano espiritual o vibratorio correspondiente.
Esto significa que a
nivel mediumnidad podemos comunicarnos no solo con un espíritu, sino también
con un ser encarnado, pero con su parte espiritual que está en el plano
correspondiente, es decir, lo que en algunas filosofías se conoce como "Yo
Superior".
Horacio Embón: ¿Cuál es la diferencia entre
alma, espíritu y Yo Superior?
Jorge Olguín: Se trata de
expresiones equivalentes que designan a la misma esencia.
Horacio Embón: ¿Y por qué reencarna solamente el 10 %?
Jorge Olguín: Porque es la energía
que basta para animar a nuestro organismo físico y actuar en el plano físico,
mientras el otro 90 % queda en su propio plano... yo no diría para
"dirigir", sino más bien para orientarnos y de alguna manera también
“vivenciarnos”.
Voy a dar un ejemplo
que ya han dado otros Maestros, que hacen la comparación entre el buzo que
desciende al fondo del mar con todo su equipo, escafandra, zapatones, etc. y el
capitán del barco que se queda arriba para enviarle oxígeno y guiarlo. El buzo
sería el ser encarnado y el capitán, el alma o Yo Superior.
Horacio Embón: Cuando este corazón mío deje de
latir, cuando clínicamente el médico que firme mi certificado de defunción
diga, por ejemplo: "Horacio Embón está clínicamente muerto", ¿a dónde
voy, ya que el "envase" quedará aquí en la Tierra y finalmente se
disgregará?
Jorge Olguín: Regresa al mundo
espiritual de donde vino, a un plano que puede ser de Luz o del Error, de
acuerdo a cómo haya vivido, a las experiencias positivas o negativas que haya
tenido en esta encarnación.
Horacio Embón: ¿Mi futuro espiritual depende
entonces de lo que yo haya hecho en mi vida actual?
Jorge Olguín: Fundamentalmente
depende de si usted ha sido egoísta o altruista.
Horacio Embón: ¿Qué es ser egoísta y qué es ser
altruista?
Jorge Olguín: Los dos factores que
puede tirarnos hacia abajo o anclarnos en un karma son, por un lado, el cuerpo de deseos, el cual nos
hace entrar en cólera, en ira, en susceptibilidades, y por el otro el tremendo apego, el ser egoísta, el ser mezquino, el pensar
primero en nosotros, en no tener ningún tipo de vocación de servicio... Eso es
ser egoísta. Y pensar en vocación de Servicio es ser altruista.
Horacio Embón: ¿Y qué es el ego?
Jorge Olguín: El ego es prácticamente lo que nos impulsa a hacernos protagonistas, a pensar
siempre en nosotros... Incluso hay
una confusión acerca de esto. Es algo común que una pareja, cuando se habla por
teléfono, se diga: te extraño, te preciso, te necesito; “te”... siempre
en función de uno.
Nunca pensamos —o por
lo general nunca pensamos— en función del otro. Ése es el ego, el pensar solamente en nosotros.
Por eso, cuando a veces
sufrimos una pérdida —pérdida en apariencia, obviamente— tenemos la
"necesidad" de esa otra persona...
Horacio Embón: Es la ausencia...
Jorge Olguín: No tiene que haber
ausencia cuando el ego no existe, porque entonces se deja de
pensar en uno. No hay ausencia cuando pensamos en el otro, no hay ausencia
cuando lo que hacemos es dar.
Horacio Embón: Usted me dice que cuando llegue
al final clínico yo seré lo que he reencarnado y algo más que habré realizado
en encarnaciones anteriores... ¿Siempre seré la consecuencia de mis anteriores
vidas?
Jorge Olguín: En todos los casos.
Horacio Embón: ¿Y mi alma, ya completa, se podrá
reencarnar nuevamente?
Jorge Olguín: Sí, sí. Cuando el ser
desencarna, el 10 % encarnado se suma al 90 % restante que está en su correspondiente
plano espiritual o nivel vibratorio hasta conformar el 100 %. Entonces, ya
sería otra vez un espíritu completo, y si la persona, al estar encarnada, no
tuvo una conducta apropiada, vuelve a reencarnar para aprender esa lección que
quedó inconclusa, de acuerdo a su karma.
Quiero aclarar, para
que no quede ninguna duda, que el karma no es un castigo, no es una culpa a
pagar, sino más bien una lección a aprender.
Horacio Embón: Hay altas entidades espirituales,
me estoy refiriendo a Cristo, Confucio, Buda, Moisés... ¿Por qué tenían otro
nivel de reencarnación?
Jorge Olguín: Ellos reencarnaron en
misión de Servicio.
Horacio Embón: Cuando, por ejemplo, Cristo dice:
"Yo soy el hijo de Dios", ¿qué significan estas palabras?
Jorge Olguín: En realidad, todos somos hijos de Dios.
Somos todos hermanos. Jesús es nuestro hermano, a la vez, por supuesto, de ser
nuestro Maestro.
Horacio Embón: ¿Cristo había reencarnado a Dios?
Jorge Olguín: Cristo había
reencarnado en misión como un ser humano, como cualquiera de nosotros.
Horacio Embón: ¿Entonces por qué no somos como
él?
Jorge Olguín: Por apego, por el ego que nos domina,
que nos hace pensar más en nosotros que en la necesidad del otro. Entonces
sufrimos desfasajes de personalidad. Tenemos egoísmos, temores...
Otra de las
confusiones es pensar que el ego es la pedantería, la soberbia... El ego también es el complejo de inferioridad, es
el sentirse disminuido, es el tener miedo a jugarse. Todo lo que es
protagonismo, es ego.
Horacio Embón: Volviendo a la mediumnidad, ¿de
qué forma yo podría contactarme con esos seres superiores, o con mi Yo
Superior?
Jorge Olguín: A través de un médium
calificado o teniendo el don de la mediumnidad, en cuyo caso primero tenemos
que envolvernos en amor, tenemos que estar en una tremenda armonía para evitar
que la entidad que uno tome sea un espíritu del Error. Porque lo importante en
la mediumnidad es el mensaje.
Horacio Embón: ¿Entonces, cuando usted convoca o
invoca viene todo?
Jorge Olguín: Por supuesto que sí.
Horacio Embón: ¿Viene tanto el error como el
acierto, la Oscuridad como la Luz?
Jorge Olguín: Así es, y lo que se
busca, precisamente, es que se incorpore una entidad de Luz para que pueda
transmitir un mensaje positivo.
Horacio Embón: ¿Y cómo es la práctica de la
mediumnidad?
Jorge Olguín: La práctica es entrar
en un estado que se llama "alfa", es decir, directamente poner la
mente "en blanco", y en ese momento llamar a la Luz y así baja la
entidad determinada.
Horacio Embón: ¿Cómo clasifica para que no sea una
entidad del Error?
Jorge Olguín: No, no la clasifico,
“la filtro”, para expresarlo de alguna manera, a través de una envoltura de
amor. El amor, prácticamente, constituye una especie de filtro que impide pasar
a los espíritus del Error, no les permite incorporarse.
Horacio Embón: ¿Usted es un Maestro?
Jorge Olguín: Yo me considero un
maestro igual que todos los demás. De alguna manera todos enseñamos y por ello
todos somos maestros. Pero también me considero un alumno, y lo seré hasta el
último día de mi encarnación.
Horacio Embón: ¿Qué es una maestría terrenal?
Jorge Olguín: Una maestría terrenal
es poder enseñarles, de alguna manera, a las personas que quieran aprender, la
Palabra.
Horacio Embón: ¿Jesús era Maestro de la Luz?
Jorge Olguín: Sí, lo era, y lo
sigue siendo en al altísimo plano donde mora actualmente.
Horacio Embón: ¿Buda y Mahoma también?
Jorge Olguín: Sí, por supuesto,
cada uno en lo suyo.
Horacio Embón: ¿Qué significa "cada uno en
lo suyo"?
Jorge Olguín: Significa que el
error es del ser humano encarnado... Todos los Maestros enseñaron lo mismo.
Jesús dice —y hablo en presente— "Amaos los unos a los otros". En
este caso está enseñando el amor
impersonal, no el amor personal del te quiero, te preciso.
Siddartha, el Buda,
enseñaba exactamente lo mismo: "Dejad toda ignorancia"; "Volcaos
hacia los demás".
¿Por qué, entonces,
las divisiones entre Cristianismo y Budismo? Eso fue obra del ser humano, no de
estos Maestros.
Cada Maestro, Mahoma,
Confucio, Lao Tsé, tenían una similitud de pensamiento, que fue tergiversada
por el hombre.
Horacio Embón: ¿Por qué el hombre en tanta
magnitud se confundió —y confundió—, al mejor estilo de Babel?
Jorge Olguín: Por apego, por
protagonismo, por fundar sus propias disciplinas, por crear sus propios dogmas.
El propio Cristianismo ha creado dogmas, y muchas enseñanzas de Jesús las ha
desvirtuado, como por ejemplo, la de la reencarnación... Jesús, en un momento
dado, y esto está en la Biblia, habla de la reencarnación en el capítulo de la
Transfiguración, donde dice: "Elías ya vino y no lo han reconocido".
Horacio Embón: ¿A quién se refería Jesús?
Jorge Olguín: Jesús se refería a
Juan el Bautista... Han sacado muchas palabras del Maestro... Y estoy
convencido de que hay más de 4 evangelios y no todos son ciertos. En esto hay
que usar el sentido común.
Hay evangelios que
pintan a un Jesús pequeño malévolo. A ese Evangelio lo dejo de lado, porque el
sentido común me dice que el Maestro era Maestro de Amor, desde su nacimiento hasta su
desencarnación.
Horacio Embón: Volviendo al tema del karma, ¿qué
significa concretamente esta palabra? ¿Qué significa ese dicho tan común, de
que una persona carga su karma hasta el final de sus días?
Jorge Olguín: Muchos asocian el karma
con una culpa a pagar. El karma, como ya dije antes, es una "lección a
aprender". Uno se lleva una materia que no rindió bien en una vida
anterior y en la siguiente tiene que volver a rendirla.
Horacio Embón: ¿Se pueden dejar materias
pendientes porque no las rindió bien?
Jorge Olguín: Sí, e incluso uno se
puede llevar más karmas de los que trajo a la encarnación actual. Hay personas
que son tan egoicas que viven siempre pensando en sí mismas.
Son completamente egocéntricas y
viven generando un karma tras otro, y en lugar de revertir determinada lección
acarrean más lecciones.
Horacio Embón: Pasando a otro tema, ¿qué son las
almas gemelas?
Jorge Olguín: El de las almas
gemelas es uno de los temas más importantes... Siempre nos han enseñado a necesitar, porque desde que yo era pequeño he escuchado que el asunto de las
almas gemelas lo explicaban diciendo que era un espíritu dividido en dos y que,
al separarse, esas almas se vivían buscando por la eternidad hasta
encontrarse... y entonces vivían el gran amor terrenal...
Esta concepción,
además de ser totalmente errónea, impulsa a los seres humanos a necesitarse. Almas "gemelas", por otra parte, no necesariamente son dos,
pues pueden ser tres, diez, cien, mil...
Las almas gemelas, en
realidad, son almas que vibran en resonancia y el ejemplo lo doy con dos
guitarras, afinadas ambas en la misma sintonía... Toco la bordona de una de las
guitarras y la bordona de la otra guitarra vibra sin que yo la toque, porque
está afinada en la misma sintonía. Un espíritu que vibra en una sintonía
determinada y otro espíritu que vibra en la misma sintonía son almas que se van
a atraer automáticamente.
Horacio Embón: ¿Eso es amor?
Jorge Olguín: Eso es amor también.
La atracción de las almas gemelas es amor. Yo, por ejemplo, me considero un
alma gemela del Maestro Jesús, y esto lo digo con el más absoluto de los
respetos, porque vibro en sintonía con él. Reconozco que aún me falta muchísimo
para llegar a su altura, pero lo amo...
Horacio Embón: ¿Jesús era médium?
Jorge Olguín: Sí,
Jesús tenía el don de comunicarse.
Horacio Embón: ¿Usted es un médium?
Jorge Olguín: Sí, lo afirmo.
Horacio Embón: ¿Y con quién se comunica?
Jorge Olguín: Me comunico con
entidades de Luz, tanto del planeta Tierra como de otros mundos habitados de
otros sistemas estelares.
Horacio Embón: ¿Y cómo es posible contactarse
con seres extraterrestres?
Jorge Olguín: Porque la distancia
no es obstáculo para el pensamiento. Podemos contactarnos con mundos que están
situados a cientos de años luz.
Horacio Embón: ¿Usted recibe o da mensajes?
Jorge Olguín: Yo recibo mensajes.
Horacio Embón: ¿Que le dicen qué?
Jorge Olguín: Por ejemplo, que no
va a haber cambios en el fin del Milenio, que la Tierra está muy dividida en
fracciones, pero no con referencia a fracciones políticas, ya que es muy raro
que entidades de otros planos y de otros mundos se involucren en ese tema. Se
involucran más en el tema de las creencias. Nuestro planeta está muy dividido
en este aspecto, hay luchas fratricidas por cuestiones religiosas.
Horacio Embón: Por ejemplo, esta última lucha
étnica en Kosovo, por no hablar de la Segunda Guerra Mundial y otras luchas
históricas por todos conocidas...
Jorge Olguín: Claro, pero lo que
más lastima son las luchas de creencias, como las de los fundamentalistas de
Afganistán, los terroristas de
Irlanda...
Voy a mencionar un
ejemplo muy breve. Una enfermera estaba cuidando a una anciana minusválida y a
los pocos días de haber comenzado, renunció. La nieta fue a averiguar la razón
y la enfermera le confesó que había renunciado porque ella pertenecía a una
rama protestante —no viene al caso especificar cuál— y la anciana, cuando era
más joven, había sido directora de un centro espiritista, y su creencia le
impedía cuidarla.
La nieta, entonces,
le respondió con el más acendrado sentido común: ¿Cómo, acaso Jesús no enseñó
el Servicio sin mirar a quién?
El mensaje que surge
de esta historia real es que el amor personal, el amor terrenal nuestro, es
sinónimo de respeto y no podemos dar amor si no respetamos. Y el ser humano
“utiliza” la religión para separarse, no para hermanarse.
Existe el otro amor,
el amor impersonal que nos inculcaba Jesús. Es el amor de Servicio, que no se
fija en raza, ni sexo, ni religión, que se brinda espontáneamente a todo el que
lo necesita.
La única manera que
tenemos nosotros de practicar el amor es, pues, sirviendo, pero solo tenemos
una forma de hacerlo: no discriminando.
Horacio Embón: ¿Usted sabe quién fue en una vida
anterior el Jorge Olguín con el que estoy dialogando ahora?
Jorge Olguín: Las entidades me han
revelado que fui Juan Zebedeo, el discípulo amado del Maestro Jesús. Y como
Juan Zebedeo estuve con el Maestro hasta los 18 años míos y 35 de él.
Jesús nació el 6 de
agosto del año –6, y falleció el 30 de abril del año 30, es decir, a los 35
años y 9 meses.
Horacio Embón: ¿Y qué fue de Juan Zebedeo después de la muerte de Jesús?
Jorge Olguín: Como Juan Zebedeo
quedé al cuidado de la madre biológica de mi Maestro y en determinado momento,
a determinada edad, desencarné y regresé a mi propio plano espiritual, donde
quedé en misión hasta que volví a encarnar nuevamente, también en misión, y
aquí estoy.
Horacio Embón: ¿Cómo se puede saber quien fue
Horacio Embón en una vida anterior?
Jorge Olguín: Se puede saber, o
bien comunicándose con el Yo Superior de Horacio Embón, o bien haciendo una
regresión hacia el pasado.
Horacio Embón: ¿Y cómo se hace eso?
Jorge Olguín: Se lleva a la persona
a un estado mental llamado "alfa", y en este estado, la persona
—alerta y no dormida como en el trance hipnótico— va rememorando, primero su
infancia y luego sigue hacia atrás, hasta llegar a vidas anteriores.
Horacio Embón: ¿Esto ha sido comprobado
científicamente?
Jorge Olguín: Así es... Es
importante, para que la regresión sea exitosa, que la persona tenga confianza
en el operador, es decir que tenga la certeza de que no se la va a manipular,
porque la persona regresa al pasado totalmente alerta y no dormida, reitero,
como en el hipnotismo, que es una técnica desaconsejable pues, además de reducir
el libre determinismo, es un procedimiento peligroso, porque puede producir
trastornos psicosomáticos impredecibles.
Horacio Embón: ¿La persona, entonces, está
consciente durante todo el proceso?
Jorge Olguín: Así es. No es una
técnica por la que a la persona puede manipulársela como si fuera un títere.
Horacio Embón: ¿Hay personas que no pueden pasar
ese umbral e ir al pasado?
Jorge Olguín: Sí, porque pueden
estar en ese momento presa de los nervios o tener miedo de lo que va a encontrar
al regresar a vidas pasadas... El miedo y las dudas les impiden cruzar el
umbral.
Horacio Embón: ¿Yo puedo tomar contacto con
espíritus anteriores que haya conocido?
Jorge Olguín: Posiblemente.
Horacio Embón: ¿Y que tengo que hacer?
Jorge Olguín: Abrirse a ellos,
pedir mensajes.
Horacio Embón: ¿Y el mensaje llega?
Jorge Olguín: Siempre llega el
mensaje.
Horacio Embón: Pero supongo que no llegará como
una voz en el teléfono...
Jorge Olguín: Con respecto a la mediumnidad,
muchas personas creen que uno escucha voces... En mi caso, por ejemplo, hablo,
simplemente hablo, como si fuera una canilla abierta que en lugar de líquido
deja salir palabras...
Horacio Embón: ¿Podría hacer una demostración en
este momento?
Jorge Olguín: Por supuesto... Sólo
concédame unos segundos para la incorporación de la entidad espiritual...
Rah: Estoy aquí con
ustedes... Mi nombre es Rah... Soy un filósofo y estoy actualmente encarnado en
Antares 4... Comparto el dolor de todos aquellos seres que necesitan llegar al
camino de la Luz. A esos seres les digo: Tened paciencia, tened fe, que su
tiempo llegará.
Estáis dentro de Dios y Dios está
dentro de vosotros Muy pronto os fundiréis en Él. Pronto llegará la Gran
Comunión... No habrá en vuestro planeta grandes cataclismos, pero sí grandes
cambios de conciencia.
Tenéis que tomar esa conciencia
para daros cuenta de que vivís en un mundo extremadamente limitado... Solamente
les digo: ¡Cuidadlo! Comparto vuestro dolor y les transmito todo mi amor... Les
habló Rah.
Jorge Olguín: Ya estoy nuevamente
con usted...
Horacio Embón: ¿Mientras las entidades se
comunican a través suyo, usted es consciente de lo que está sucediendo?
Jorge Olguín: Generalmente, sí. Me
acuerdo de la mayoría de las palabras que la entidad pronuncia.
Horacio Embón: ¿Tiene alguna identidad física la
entidad que usted incorpora?
Jorge Olguín: Sí. Esta entidad,
llamada Rah, que no es la primera vez que tomo, es un filósofo que reside en
Antares 4.
Horacio Embón: ¿Qué es Antares 4?
Jorge Olguín: Los diversos mundos
se designan con la denominación de su estrella. Así, Antares 4 es el cuarto
planeta de Antares. En el caso nuestro, somos Sol 3.
Horacio Embón: ¿Cómo es Rah físicamente?
Jorge Olguín: Rah es una entidad
cuyo cuerpo físico no podría vivir en nuestro planeta, porque Antares 4 tiene
una densidad atmosférica muy inferior, y pesaría menos de 40 kilos aquí en la
Tierra.
Rah, me refiero a su
parte encarnada, es un ser antropomorfo similar a nosotros, un poco más bajo
que la raza promedio humana, alrededor de un metro y medio o un poco menos.
Horacio Embón: ¿Tiene sexo?
Jorge Olguín: Sí, por supuesto. Rah
es masculino. No todos los seres de otros mundos tienen sexo. Hay mundos donde
ha dominado la vida vegetal y hay mundos donde ha dominado la vida mineral.
Horacio Embón: ¿Usted cree en el Mesías?
Jorge Olguín: Creo que hay muchas
personas capaces de dar mensajes. Sería muy egoísta si dijera que hay sólo un
“mensaje salvador”.
En todo caso, yo
diría: Volquémonos hacia el Servicio y todos nos vamos a salvar. Esto lo puedo asegurar. Quién dedica su vida al Servicio, se
salva.
Horacio Embón: Muchas gracias, Jorge Olguín. Lo
mejor para usted.
Jorge Olguín: Y para usted.
Bibliografía:
Ciencia de
los dioses, Ash-Hewitt, Edit. Sudamericana, 1990.
Breve
Historia de la Espiritualidad, Luis Fabré, Edit. Claridad S.A., 1988
Terapeuta en Psicología
Transpersonal
Creador de Psicointegración
e mail: olguin_jorge@yahoo.com