Tantra
EL TANTRA Y LA SEXOLOGÍA
Ambas
ciencias tratan la sexualidad humana, si bien desde puntos de vista distintos;
aquí encontrarás algunas diferencias y explicaciones básicas.
Aunque muy distintas en sus metas, estas dos ciencias, una empírica y la otra
espiritual, a menudo se unen sorprendentemente en sus descubrimientos y métodos.
Como ciencia médica de la sexualidad - por su trabajo mecánico y horizontal -
la sexología no se acerca a ese espiritual, vertical y mágico aspecto de la
sexualidad, como lo hace el Tantra.
Desde el punto de vista tántrico, la sexualidad es el horno de la alquimia que
transforma la energía y la consciencia, y de su expansión a partir del cuerpo,
y especialmente más allá de éste. Realmente, el tantra comienza donde termina
la sexología; no obstante, ésta última muchas veces se opone con ciertos
hechos, o experiencias del orgasmo, que son extrañamente análogos con algunas
de los manifestaciones del tantra yoga. Es la razón por la que parece útil
comenzar por una exposición de los hechos de una forma sexológica, pues así
es más accesible su comprensión para nuestras mentes occidentales, y no nos
llevará muy lejos de la verdad, como la explican los textos tántricos
la curva del placer.
Los
sexólogos definen el orgasmo de una forma no poética, como un "trance, pérdida
de la realidad"; el tantra dice que es un feliz estado de expansión de la
consciencia, en el cual los límites normales del propio ego se cancelan de
repente, la tiranía de la mente es aplazada, pudiendo llegar a morir
temporalmente el ego, se paraliza el tiempo, y la Unidad mana, convirtiendo esta
condición en una experiencia metafísica; en consecuencia, en términos de
tantra, a menudo la Iluminación es llamada "orgasmo cósmico".
El proceso del orgasmo en una experiencia sexual se pude dibujar como una curva
que representa 4 fases:
fase 1: excitación.
En la primera etapa, los juegos sensuales preliminares aumentan el deseo, y generan la excitación. Esto se materializa en la erección en los hombres, y la lubricación vaginal en las mujeres.
fase 2: cargando.
La tensión sexual aumenta el ritmo de la respiración, el pulso, la presión sanguínea... esas reacciones generan un sentimiento de tensión muscular y mental generalizada.
fase 3: orgasmo.
Esta fase se caracteriza por la pérdida del ego. La excitación, antes centrada en la zona genital, comienza a expandirse por todo el cuerpo, hacia la cabeza. Si se produce una pérdida del control de la consciencia - como suele suceder - en este momento, llamado "el punto de no-retorno", se producen una serie de contracciones reflejas de todos los músculos que rodean los órganos genitales (músculos de la pelvis, del perineo, esfínteres anales, la próstata en los hombres, la vagina en la mujer, etc). Estas contracciones permiten la eyaculación en los hombres y la explosión de secreciones vaginales en la mujer, que pueden verse como una forma de eyaculación.
fase 4: resolución.
El
cuerpo se calma, mientras la consciencia mental aumenta de nuevo. Las
sensaciones del estado orgásmico pueden perdurar un tiempo, como suaves ondas,
o vibraciones. Debido a la gran pérdida de energía que sucede con la eyaculación,
durante este período cualquier estimulación hacia un nuevo orgasmo resulta
imposible; este período "reacio" es más largo en el caso de los
hombres (5 minutos o más) que en las mujeres (apenas unos segundos). Realmente,
hay muchas mujeres que - debido a su gran potencial telúrico - pueden
experimentar varios orgasmos sucesivos, si su compañero no espera a la completa
resolución de este período para reanudar el juego sexual.
Hay ciertas diferencias acentuadas del ritmo entre el hombre y la mujer, que
hacen que orgasmo femenino tenga una naturaleza más bien implosiva, mientras el
orgasmo masculino es de naturaleza explosiva. Debido a las diferencias en el
factor tiempo (pues el hombre alcanza el orgasmo antes que la mujer), resulta
obviamente necesario para el hombre controlarlo a voluntad, retrasarlo, y
eventualmente impedir la eyaculación. Precisamente la eyaculación es la
principal diferencia: en los hombres, debido a la pérdida explosiva de
considerable energía, se produce un "vacío eléctrico", un tipo de pérdida
de conexión con la fuente de energía, seguida de una falsa relajación,
producto del agotamiento. Las mujeres, por su naturaleza, están mucho más
cerca del orgasmo tántrico, un tipo de orgasmo sin eyaculación, que puede ser
prolongado durante períodos indefinidos de tiempo, y que no se manifiesta únicamente
en la zona genital, pues sus ondas vibratorias alcanzan el ser completo. Es
interesante destacar que aquellos hombres más "masculinos" quieren a
toda costa eyacular, y les es más difícil controlar su energía sexual,
mientras que aquellos hombres más femeninos (y no nos referimos con esto a
inversiones patológicas) a menudo prefieren no eyacular, y extender sus
orgasmos.
Generalmente, es más difícil hablar de varios tipos de orgasmo en el hombre,
que en el caso de la mujer. Entre las razones de esto, recalcamos el hecho de
que el orgasmo masculino está usualmente acompañado de una eyaculación
explosiva, que lo hace más corto, y menos consciente. Además, la mujer tiene
una gran conciencia innata, y control sobre su área pélvica, con lo cual puede
distinguir más fácilmente entre varias sensaciones y fenómenos que suceden en
esta zona. Es la razón de que a menudo las formas del orgasmo se expliquen
desde puntos de vista femeninos. La importancia del Tantra para el estudio de
las distintas formas del orgasmo viene del hecho de que algunas de esas
manifestaciones son típicamente tántricas - lo que quiere decir que son el
trampolín hacia los estados superiores de consciencia - y por tanto deben ser
especialmente incitados, activados y amplificados en el cuerpo de los y las
aprendices. La primera forma de clasificar el orgasmo, válida para hombres y
mujeres, es: orgasmo superficial, y orgasmo profundo.
El orgasmo superficial
Es más un fenómeno reflejo genital, manifestado por ciertas contracciones rítmicas de los músculos del perineo. En el caso de la mujer, se le da rienda suelta con la estimulación de las zonas erógenas extravaginales, especialmente el clítoris. Está asociado con el endurecimiento de los músculos de los muslos y el abdomen, con la tensión psíquica, la inmovilidad, esa alerta ante el desesperado intento de alcanzar un orgasmo. A menudo, es acompañado por una sensación de presión descendiente con los músculos, como un pistón, disparado con el impulso de una breve descarga, con el deseo de expulsar algo tan rápido como sea posible, casi como un estornudo. Muy a menudo las mujeres que experimentan este tipo de orgasmo, al mismo tiempo pueden ser testigo de descargas de gas de los intestinos o de la vagina (en caso de que hubiera), e incluso orina de la uretra. Esta forma de orgasmo está a menudo asociada con tendencias egoístas, y la masturbación (también en los hombres), y es muy frecuente hoy en día. Se localiza casi por completo alrededor de la zona genital, y en consecuencia parece demasiado parcial, e incompleta; como no se experimenta en todo el ser, a menudo es insatisfactoria, dejando tras de sí una sensación de frustración.
El orgasmo profundo.
Es una forma mucho más completa de orgasmo, asociada en el caso de las mujeres con estimulaciones vaginales profundas, y que a menudo presenta aspectos como fases convulsivas (llanto, lágrimas, detención de la respiración), profundas ondulaciones de los músculos vaginales y uterinos que se extienden por todo el cuerpo incluso hasta la cabeza, y un profundo sentimiento de satisfacción y relajación. Esta forma de orgasmos depende en gran medida de la estimulación simultánea de todas las zonas erógenas; así pierde su carácter genital, extendiéndose a todo el cuerpo. Mediante el estudio de otras formas de clasificación de las formas del orgasmo, resulta aun mas obvio, por qué las formas profundas del orgasmo son las que - en el tantra - llevan hacia los más altos estados de consciencia.
Hay otra manera de clasificar las formas del orgasmo. Está directamente relacionada con una escala jerárquica, que corresponde a los tres gunas del yoga: tamas , el orgasmo ciego e inconsciente; rajas, el orgasmo dinámico y pasional; sattwa, el orgasmo suti y meditativo, sin eyaculación. Así, las 5 formas del orgasmo son:
1. El orgasmo del clítoris.
Es localizado y externo, y puede dar a la mujer un falso sentimiento de seguridad al principio, pues se basa en la idea de que no depende del otro. Según el tantra, está relacionado con un predominio de la energía lunar, y en consecuencia quienes experimentan únicamente esta forma de orgasmo desarrollan un gran exceso de esta energía, con todas sus consecuencias. También está relacionado con la energía de un centro secundario de fuerza, el Chakra Yoni, y esto es difícil de controlar. Esta forma es hoy en día muy frecuente entre las mujeres, pues existe una tendencia general en la así llamada "educación sexual", a recomendar este tipo de orgasmo, pero según el tantra esto es un error. Esta forma de orgasmo puede estar relacionado a veces con otro menor, como el orgasmo vaginal.
2. El orgasmo vaginal inferior.
Está situado en el área del perineo, en la entrada de la vagina, y es bastante incompleto y externo, estando conectado con la energía del Chakra Muladhara; su fuerte energía convierte a este tipo de orgasmo en problemático respecto a su control.
3. El orgasmo vaginal normal (profundo).
Está relacionado con la energía del Chakra Svadishthana, y es más profundo y satisfactorio que el anterior. De acuerdo con el tantra, muestra un predominio de energía solar, pero desafortunadamente - debido a la falta de una educación adecuada - la mayoría de las mujeres no consiguen alcanzar este tipo de orgasmo en toda su vida. Esta forma de orgasmo, manifestada por fuertes contracciones vaginales, a menudo viene acompañada por una considerable descarga de fluidos sexuales; el orgasmo conseguido gracias al punto "G" ("G", debido a Graffenberg, el sexólogo contemporáneo que redescubrió este antiguo dato) es de este tipo.
4. El orgasmo cérvico-uterino.
Es
el orgasmo tántrico más típico, pero el menos común. Cuando las
estimulaciones y las contracciones vaginales son lo bastante fuertes y
profundas, crecen hacia la cérvix y el útero, y se transforman en series de
suaves y largas vibraciones, que se extienden por todo el cuerpo, y
mayoritariamente hacia la cabeza. Esto también conlleva un tipo de orgasmo
"extracorporal", que eventualmente lleva hacia formas de éxtasis,
pues su energía puede sentirse también fuera del cuerpo físico, como una
esfera fluida. Este orgasmo puede ser controlado casi por sí mismo, y abre la
energía sexual del Chakra Svadishthana hacia los chakras más altos. A veces,
alcanzar este tipo de orgasmo requiere para una mujer un amante que le de
preponderancia a lo espiritual, sin dejar de lado lo que concierne a sus órganos
sexuales.
También es conveniente para alcanzar ese tipo de orgasmo, adoptar las posturas
sexuales más cómodas, que permitan una penetración profunda. Esta forma de
orgasmo es mayormente sutil y las mujeres pueden aprender a producirlo a
voluntad (esto vale también para las mujeres que nunca antes lo han sentido),
incluso sin estimulación directa, con una adecuada concentración. Aquí, el
perfecto control sobre los músculos vaginales juega un papel primordial. Es
recomendable que los iniciados en el tantra consigan eventualmente esta forma de
orgasmo, que es el trampolín para los más altos estados de consciencia.
5. El orgasmo anal.
Procede del hecho de que hay nervios erógenos en el área del ano, que son especialmente sensibles en el caso de algunas personas; sin embargo, debemos mencionar desde un principio que esto no quiere decir que el tantra acepte la homosexualidad masculina. Este tipo de orgasmo procede del masaje interno del ano, hacia el sacro en las mujeres, y hacia la próstata en los hombres. Si esto se logra mediante sexo anal, en el caso de la mujer, requiere mucha relajación y confianza al principio. Las energías canalizadas por el orgasmo anal son muy elevadas (Chakra Muladhara, especialmente) y difíciles de controlar. Generalmente, se advierte a los principiantes que eviten enfrentarse a este tipo de orgasmo (a menos que ya haya una peculiar tendencia natural hacia éste), pues está físicamente conectado con energías que tienen baja frecuencia de vibración, y en consecuencia puede poner a uno en contacto con ambientes físicos polucionados, o niveles de consciencia. Aunque la discusión acerca de las formas del orgasmo ha sido aproximada mayoritariamente desde el punto de vista de las mujeres (por las razones antes mencionadas), son también válidas para los hombres. También es cierto que el tema es mucho más delicado e importante para las mujeres iniciadas en el tantra.