HISTORIAS
De cómo lo angelical y lo diabólico se confunden en lo divino
LOS DEMONIOS DE DIOS
Una cosmovisión para el desengaño
Escribe:
Comandante
Clomro
Responde: Prof. Jorge Olguín
"Los
llamados "demonios" son ángeles que han venido en misión -hacer
evolucionar al hombre, tentándolo- y se les ha borrado su memoria para
evitarles este sufrimiento"
Grupo Elron (contacto telepático extraterrestre argentino).
Siempre habrá un demonio más astuto y más demonio que los pobres demonios
usados como tales. Unos le llaman "Dios", y creen que él se vale de
estos instrumentos del mal para poner a prueba a los mortales... Instrumentos
que, al final, no son malignos, sino angelicales luces disfrazadas con capa roja
y cuernos...
A ese "Dios" que usa ángeles demonizados,
otros le llaman "Diablo", "Ahrimán", "Demiurgo",
"Nefasto", etc... Alguien que tiene por encima de Él a un Creador más
Dios que él -en tal caso más verdadero como Dios- al cual, mediante la prueba
del mal y sus angelicales diablillos, quería demostrarle que su método de
evolución espiritual era el mejor. Es decir, si hubo un plan original de
evolución espiritual en el amor, la armonía, la luz, dispuesto por el Dios
Padre del "Dios" de este mundo, para que los seres vivieran felices
sin sufrimiento, al "Dios" de acá abajo -que vaya a saber Dios cómo
vino a parar aquí- se le ocurrió que sería mejor una vida con dificultades, y
para eso "inventó las lágrimas", como dijo el poeta argentino
Almafuerte. Para eso convirtió en "diablos" a esos ángeles y les
borró la memoria para evitarles sufrimiento, haciendo que les provocaran
sufrimiento a los humanos.
El éxito de este plan sería de dos formas posibles:
si los humanos lograran la ascensión interior luego de la corrupción, Dios
Padre debería aceptarle a "Dios" Hijo su innovador método, reconociéndole
un ingenio progresista que merecería adjudicarle legitimidad a su clandestina
trama; o bien, si los humanos quedaran irreversiblemente corrompidos, la otra
forma posible de éxito de "Dios" Hijo consistiría en que él tendría
más soldados en sus ejércitos, para seguir haciendo que el Mal gobierne en la
Tierra. Es decir, la escuela del mal o terminaría por formar chicos buenos
reformados, o chicos malos, y tanto de una cosa como la otra el Dios de este
mundo podía sacar partido para lograr el éxito por cualquiera de las dos vías.
Como los humanos estaban siendo tan manipulables que
demostraban ser débiles y valer poco, en los ejércitos del mal sólo servían
para soldaditos rasos, por lo que "Dios" Hijo, con miras a formar ejércitos
con combatientes que realmente valieran algo, que fueran fuertes, grandes
comandantes, mandó traer a la Tierra maestros galácticos de luz, supuestamente
para que vinieran como guías espirituales de la humanidad, pero en realidad los
traería con el fin de ponerlos a prueba para corromperlos y sumarlos a sus
huestes.
Así llegaron Krishna, Buda, Jesús... convencidos de
que era cierta esa misión que les encomendaron, pero que era sólo un pretexto
para tenerlos ocupados haciendo algo mientras se los trataría de corromper.
"Dios" Hijo usó sus ángeles amnésicos demoníacos para ponerlos a
prueba como lo hacía con humanos cualesquiera... pero éstos no eran
"cualquiera". Así que le falló la táctica de corrupción; los
maestros de luz siguieron siendo y expandiendo luz. Si realmente fuera éste un
mundo evolutivo, la luz de esos guías estaría de más, porque el propio
proceso de aprendizaje humano llevaría al hombre a sobreponerse por sí mismo
de su corrupción. Un mundo "exitoso" donde ángeles oficiando de
demonios tentaran a los humanos, sería aquél donde llegado un punto, los
humanos dejarían de ser tentables sin ningún Cristo que les tenga que venir a
enseñar, porque ellos habrían aprendido la lección por sí mismos. La prueba
de que este mundo no es un éxito, consiste en la gran cantidad de mensajeros cósmicos
que han tenido que enviar para hacer reaccionar a una humanidad a tal punto
corrompida, que por sí misma no tiene capacidad de rearmonización. Por lo
tanto, el plan de fabricar diablos para luego mandar dioses a reparar lo que
esos ángeles del mal provocan, sería un absurdo si fuera "divino":
los humanos no se corrompen por culpa propia, sino por agentes inductores de
negatividad, y no se recuperan por mérito propio, sino por ayuda enviada. Y eso
no sirve, es simple acción y reacción, con mínimo margen de autonomía de los
sujetos de la experiencia. Si este plan, en cambio, no fuera divino, sino diabólico,
entonces sí sería lógico: la astucia del Diablo hasta habría planificado el
envío de ayuda de seres de luz, para reordenar el desorden que provocó y
exhibir sus logros con una Nueva Humanidad en una Era Dorada... puro oropel para
engañar como de costumbre. Su astucia tanto impide como permite grandes
civilizaciones con esplendor espiritual, y tanto forma, indistintamente,
violentos guerreros de la oscuridad, como pacifistas mensajeros del amor, para
usar a los primeros en la provocación de desorden en unos mundos, y a los
segundos para poner en otros mundos cierto grado de orden, con el cual fingir
que se está trabajando por el Bien...
Cuando muchos creen que él sólo lidera sus huestes
del Mal contra ejércitos del Bien enviados por Dios Padre, sucede que
"Dios" Hijo tiene sus ejércitos del Bien y del Mal, a los cuales hace
enfrentarse como si fuera un Hitler todavía niño con sus soldaditos de plomo,
y a veces gana el Bien, y entonces los habitantes de los mundos creerán que
triunfaron las Fuerzas de Dios, pero eso es sólo el respiro que les dará por
unos miles de años hasta generar nuevos conflictos en los que ganará el Mal. Cíclicamente
habrá alternancia de victorias de ambas fuerzas, pero la sucesión de ciclos no
será otra cosa que la victoria constante del manipulador. Ése que es a quien
realmente están obedeciendo los seres de luz, las confederaciones galácticas e
intergalácticas, creyendo obedecer al Dios Padre. Creen que cuando vencen en
alguna confrontación a las Fuerzas del Mal, obtienen una victoria para el
Universo, cuando no están haciendo otra cosa que jugar el juego que siempre
beneficiará, -gane quien gane, incluso los de la luz- al que juega con los
soldaditos de las galaxias. Éstos obedecen, engañados, a ése que juega a
borrarle la memoria a ángeles y a humanos para que ni nosotros ni ellos sepamos
que el Dios Padre no tiene nada que ver con estos manejos. Porque sería sólo
cuestión de recordar Quién nos creó y con qué fin, para darnos cuenta de que
hemos estado por milenios cumpliendo aquí un fin que no es ése, a las órdenes
de alguien que no era Aquél que creíamos, sino el que pretendió ser más
siendo menos.
Consideraciones complementarias
La lucha de fuerzas en el Universo, generalmente es presentada como una
confrontación en la que el Bien y el Mal son presididos, respectivamente, por
Dios y por el Diablo. Un Dios con sus ejércitos del Bien, de la luz, y un
Diablo con sus huestes del Mal, de las tinieblas. Según esta cosmovisión
presentada por religiones y mensajes extraterrestres recientes, existe una
guerra cósmica de Dios con sus milicias contra el Diablo y las suyas.
También hay una cosmovisión diferente, en la que
tanto las fuerzas del Bien como las del Mal, cumplen un Plan Divino, en el cual
Dios no está contra el Diablo, sino que éste es instrumento de Aquél para que
exista una lucha de fuerzas. Lucha en la cual, ambos ejércitos obedecen a la
voluntad de Dios: los del Bien poniendo orden en el Universo, y los del Mal dándole
dinamismo a la negatividad que Dios quiere que haya para que todo funcione en
dualidad de polaridades. De esta suerte, los ejecutores del mal no están contra
el Plan de Dios, sino que permiten que se cumpla. De ahí el concepto de que el
Mal "no existe", que es algo "ilusorio", irrealmente antagónico
al Bien, pues todo es "bueno", hasta lo que creemos malo, y que no es
otra cosa que la sombra de la luz en el Todo que ambas conforman. Al no haber
antagonismo, sino complementariedad de fuerzas, de existir alguien que oficie de
"Diablo" comandando los ejércitos del "Mal" que "no es
mal", este personaje no sería otra cosa que un colaborador de Dios en
papel de antihéroe para que las legiones en papel de perturbadores del orden
tengan su jefe. Un jefe más aparente que real, porque quien en realidad dispone
que esta dualidad en lucha exista, es Dios.
De la primera cosmovisión, podemos resumir que Dios sólo
gobierna los ejércitos del Bien, y el Diablo sólo los del Mal. De la segunda,
concluimos en que Dios gobierna a ambas fuerzas, que el Diablo no gobierna, sino
que apenas intermedia, al frente del lado oscuro de la fuerza desdoblada en
bandos.
Pero a lo largo de la historia estuvo faltando una
cosmovisión que, una vez expuesta, dejará a las dos anteriores como cuentitos
infantiles para gente ingenua. Y no es raro que en un mundo al revés, con sus
falsos conceptos, estuviera ausente tal cosmovisión; que veremos a continuación.
Si realmente existiera un ser Maligno, no podría
estar cumpliendo la voluntad de Dios haciendo que la negatividad funcione para
que a Dios le convenga. En tal caso, no sería realmente maligno. Y si Dios
fuera un ser Benigno, no podría estar sometiendo a la negatividad a sus
criaturas, presas de un "cuco", real o aparente, y de sus ejércitos
tenebrosos. Por lo tanto, o Dios es Bueno y el Diablo realmente es Malo, o Dios
no es del todo bueno y el Diablo no es del todo malo. O existe una fuerza de la
Luz y del Bien que legítimamente lucha contra una fuerza que realmente es de la
Oscuridad y del Mal, o el Bien y el Mal ni son legítimos, ni luchan en
realidad; son simple "juego" -como enseñanzas metafísicas new age
sostienen- y, por lo tanto, la sangre y el horror no son problema: pura
"ilusión"... Esta ligereza con que se nos pretende hacer ver la
existencia con un Mal que "no es Mal" y un Bien que no combate al Mal,
sino que "juega" con él, más que una Verdad Universal parece una
diabólica astucia más para confundir.
Si realmente el Mal existe por sí mismo y para sí
mismo, y no para servir a los fines del Bien, entonces el Diablo tiene sus
propios fines y no es mero ejecutor de Planes Divinos; más bien interfiere en
esos planes. Tal interferencia no puede ser otra cosa que un plan alternativo,
que logre ser establecido en reemplazo del plan del Creador. Si el Amor, la
armonía, la ausencia de odio, de egoísmo, de violencia, de dolor, definirían
el Plan Universal que el Creador pudo disponer para la vida en los mundos galácticos,
podemos deducir que el saboteador de ese plan tuvo que haber ingeniado
estrategias para que en los mundos se lograra imponer el uso del odio, del egoísmo,
de la violencia, del dolor. ¿Para qué iría a servirle esto? Si la meta era
dar un "golpe de estado", para quedarse con el gobierno del Universo,
lo primero que el saboteador debía hacer para evitar rebeliones en los mundos,
era interrumpir entre éstos y el Creador los circuitos de información,
bloqueando la llegada de directivas superiores a las galaxias, y la salida de
información desde las galaxias a los planos superiores, para que no se supiera
a altos niveles lo que estaría ocurriendo en los mundos físicos. Considerando
que el saboteador -lejos de ser el que nos han mostrado infantilmente como un
rebelducho cualquiera con cuernos y tridente- debió ser una poderosísima
jerarquía lumínica con su séquito de poderosas entidades, no debe parecer
extraño que millones de mundos y de galaxias se hayan sometido a su autoridad
creyéndola legítima por cuestiones jerárquicas. Una jerarquía tal que, para
simples habitantes de mundos como éste, debió ser la de un verdadero
"Dios". No debe parecer raro, siguiendo esta lógica, que en carácter
de "Dios", de Creador del Universo, se presentara esta entidad tan
poderosa, no meramente ante simples habitantes de planetas, sino ante consejos
estelares y hasta galácticos. Tengamos en cuenta que el Creador debe estar
mucho más allá de las posibilidades de seres galácticos de acceder a Él, así
como tampoco va a bajar a las galaxias a darse a conocer. Por lo tanto, dentro
de la estrategia del saboteador para separar a las galaxias del Creador y
manejarlas a su propia conveniencia, hacerse pasar como un alto representante de
Él, con autoridad para disponer lo que quiera, o hacerse pasar por el Creador
mismo, pudieron ser tácticas muy sencillas de llevar a cabo. Por lo menos con
seres como los humanos, hasta a un simple extraterrestre con mensajes telepáticos
a contactados, o a un espíritu cualquiera a través de un médium, les puede
resultar un simple juego convencer a personas de que es Dios quien les habla. Si
hasta el extraterrestre Jehová lo hizo con los judíos, y se ganó su lugar como
Dios en las biblias judías y cristianas...
Por lo tanto, el saboteador del Plan Universal no
debería actuar como tan infantilmente se nos describe: un maligno. Como
representante del Creador, o bien como suplantador de Él, sus planes y
sus actos debieron ser aparentemente "buenos". Sus métodos tenían
que parecer, al menos, lógicos. Si el engañador debía separar del
Creador a los habitantes de las galaxias, debería ingeniar algo que los alejara
de Él. Algo que hiciera que al usurpador del poder, los habitantes de las
galaxias le reconocieran como legítima su propuesta.
¿Y qué pudo ser lo que les propusiera? Debería ser
algo que lo hiciera reconocido como el "Dios" que "sabe lo que
hace", y que a la propuesta del Creador del Universo los planificadores y
los habitantes de los mundos terminaran por ignorarla. Y que si llegaran a
conocerla alguna vez, les parecería irreal. ¿Qué sería entonces?, de la
realidad circundante podemos deducirlo: casi toda la gente cree que esta forma
de existencia que padecemos y que a veces disfrutamos, es producto del Plan de
Dios, y pocos creen que pudiera existir un Plan por el cual esta forma de
existencia no debía tener lugar. Si la mayoría está convencida de esto, y si
esto es el triunfo de la estrategia del saboteador del Plan Original, la
conclusión sobre qué fue lo que propuso es ésta: una forma de evolución en
la cual el mal fuera considerado "necesario", y en la que mundos con
ausencia de negatividad fueran considerados "faltos de enseñanza útil a
la evolución".
¿Cómo convencer a los gobiernos galácticos de
implementar el uso de perturbaciones a la paz de los mundos, para implantar esta
desconocida clase de escuela? Aunque "ordenes son órdenes", y con eso
era suficiente, no sería mala idea, en vez de emplear el fascismo, un simulacro
de democracia. Con el cual, comprometer a quienes aceptaran el nuevo plan una
vez convencidos de su funcionamiento, dejando el fascismo, a lo sumo, como
alternativa en caso de que no se lo aceptaran, o para los que se negaran si
hubiera quienes lo aceptaran.
¿Cómo convencer a gobiernos galácticos que nunca
usaron la negatividad, de que ella sería manipulable para fines positivos, y
que los resultados serían mejores que todo lo conocido hasta entonces? Nada
mejor que experiencias de laboratorio: mundos experimentales donde ensayar los
procesos de perturbación, para luego restaurar el orden y dejar que los sujetos
de las experiencias den el veredicto: si sirvió o no haber pasado por una
prueba así.
Cumplidas las experiencias, emergidos de la oscuridad
los sujetos puestos a prueba, a los cuales se les enseñó que sufrir es
necesario, ellos terminarían por admitir que así fue, que gracias a la
oscuridad la luz se puede medir con otros parámetros; que no hay victoria sin
desafío, y que no hay desafío sin riesgo. Pero que pese a los riesgos, e
incluso pese a que al correrlos se cometan errores, ya llegará el momento de la
rectificación del camino. Esos alumnos de tal escuela pasarían a ser maestros.
El éxito que esa escuela ha alcanzado en este mundo, viene asegurando que
muchos aprendices saldrán de aquí como maestros que enseñen que mundos como
éste sirven y son necesarios. Si seres de mucho más arriba que estos planos,
vinieran a decirles a esos habitantes de la Tierra que hubo un Plan por el que
mundos como éste no tenían por qué existir, y que ese Plan sigue vigente en
los mundos donde no se alteraron las leyes, esos humanos no lo aceptarían y
defenderían lo que aquí aprendieron.
Si los primeros procesos existenciales con uso de
negatividad, tuvieron que depender de pruebas piloto, y éstas fueron un éxito
porque lo corruptible se enderezó, quedaría la incógnita de si eso sería
siempre así. Pero si en principio no hubo objeciones y estos procesos se
llevaron a cabo en millones de mundos, sería cuestión de tiempo constatar los
resultados.
Mientras tanto, saboteado ya el Plan Universal, y
reemplazado por el plan con negatividad, el usurpador de los espacios y tiempos
galácticos podía ya llevar a cabo su estrategia con todo el apoyo y la
obediencia que necesitaba en las galaxias.
Con el paso de millones de años, mundos fueron
destruidos por sus habitantes al perderse todo control en ellos, y las
degradaciones espirituales de diversas colectividades de seres llegaron a ser
tan irreversibles, que el Plan supuestamente "evolutivo" empezó a
dejar a la vista incorrecciones tales, que podría ser visto como involutivo,
corruptivo. Y el diseñador de tal estrategia, ya no podría ser visto como
alguien con fines nobles. ¿Qué se estaría proponiendo? Si lo que quería era
tomar el poder, corromper a los habitantes de las galaxias, expandir la
negatividad como lo hizo a niveles epidémicos en el Universo, tanto que ahora
cuesta demasiado sanar a los mundos enfermos, ¿por qué no vino directamente
como invasor, como claro y visible destructor de la obra del Creador, en vez de
presentarse como un constructor, un arquitecto de una nueva forma de edificación
de los procesos evolutivos? ¿Por qué si su fin era eclipsar el Universo,
permitió que mundos que cumplieron las experiencias de oscuridad, luego
resplandecieran? Cuando se dice -y lo dijo Juan Pablo II- que "la
estrategia del Diablo consiste en hacer creer que no existe", lo que suele
no pensarse al respecto, es que si lo que él quiere es que se crea eso, es
porque le conviene que también se crea que mundos alterados como éste no son
obra de él, sino del Creador del Universo.
¿Desde dónde ejecutó toda esta trama el
suplantador? En las galaxias, podrían ignorarlo; a cada una pudieron llegar
representantes de él para hacer cumplir su plan como si éste viniera de lo más
alto del Universo. Ni el Creador ni el impostor deben haber estado al alcance de
nadie en las galaxias, para comprobar quién era quién; cualquiera de las dos
directivas para la evolución, que llegaron a las galaxias, pudieron ser tomadas
como de fuente "divina": si primero se aceptó que la evolución era sólo
en la luz, y después llegaron nuevas directivas implantando un sistema de
evolución con oscuridad, ¿quién, en las galaxias, tenía autoridad para
cuestionar algo que venía de demasiado alto para saberse sus razones?
Producto de la falta de conocimiento al respecto de
esto, es que millones de habitantes de cada uno de los millones de mundos de
millones de galaxias donde se alteraron los programas de evolución originales,
seguirán, como lo hicieron durante millones de años, ejecutando lo que siempre
se entendió que era el Plan del Creador, con sus "Leyes Universales"
que requieren someter al dolor a los seres para que evolucionen...
Respuesta
a Clomro:
El primer error es pensar que los espíritus encarnan solo en la Tierra, pues se
sabe que hay millones de mundos donde encarnan dichas entidades, en las más
variadas formas que hay en las miles de razas del Universo conocido. El segundo
error es hablar de "Dios padre" y "Dios de este mundo",
puesto que El Absoluto es Uno. Y es el Creador de todos los Universos, tanto
físicos como espirituales. Seguramente (y en forma equivocada) Clomro se refiere
a los Elohim o dioses menores, cuyo rol fue crear a los seres vivos: ángeles,
espíritus y elementales de la naturaleza. El eloah más conocido fue Jehová,
Logos planetario hace dos milenios. El tercer error es pensar que sería mejor
una vida con dificultades. Ese punto tiene una explicación: Es muy difícil que
los espíritus encarnados aprendan a través de la felicidad,
pues su mente reactiva actúa generalmente ante las carencias (o supuestas
carencias). ¿Y por qué El Absoluto no hizo crear espíritus perfectos? Es muy
simple... porque a través de la Elevación espiritual se eleva la energía del
Universo y en el próximo Big Bang, el nuevo universo vibrará una octava
más alta.
Clomro cuestiona el por qué Dios envía a los demonios a tentar al ser humano
encarnado, si luego manda detrás a los espíritus de Luz a reparar el entuerto.
La respuesta es que tanto los demonios, como las Energías lúdicas y los
espíritus del error, tienen potestad solo sobre aquel ser encarnado que ya está
siendo manipulado por su propio ego. Su tarea es potenciar el rol del ego de
cada persona para que actúe en consecuencia, manipulando a su vez a otros. Pero
aquella persona que aprendió el camino del desapego y ya dejó de intentar ser
protagonista, va a ser inmune a los llamados lascivos de esos seres oscuros.
¿Qué papel juegan entonces las entidades de Luz? No van al rescate de aquellos que
fueron tentados, jugando un juego de buenos y malos con los seres de la
oscuridad. Su Misión es variada: Pueden aliviar el sufrimiento de los seres
encarnados, enviando mensajes de consolación en el cuerpo causal de la persona
que lo precise. También transmiten sentimientos de conciliación en aquellos seres
dominados por el rencor. Además, ayudan con su compasión a soportar el dolor a las personas cuyo ego los
hace dramatizar en roles de víctima. Por otro lado, destaco que fortalecen el Yo Superior de aquel ser
encarnado, cuyo Thetán se encuentra en los planos del error. Y por último,
esto es muy importante, ayudan a encontrar el camino a los espíritus
desencarnados que habitan en los planos 2 y 3, para que dejen de pensar en sí
mismos y se fijen en el dolor de los otros. De esa manera, esos seres del error aprenderán a ser
altruístas y misericordiosos.
Si piensan que es cruel "hacer caer" al espíritu encarnado para luego
"levantarlo", en realidad afirmo que no es así literalmente. Dios, en
su infinito Amor, nos dió las dos cosas más preciadas: su Amor y su libre
albedrío. Este último permite que la persona opte el camino a seguir, de lo
contrario seríamos zombies o robots. Pero también fuímos creados con mente
reactiva y allí se generó el ego, que nos reviste de personalidad. Y eso es lo
que hace que muchos elijan usar ese libre albedrío en su beneficio, por sobre
el bienestar de los demás. El ego pone una venda sobre el espíritu, impidiendo
que la persona vea más allá de sí misma. Y así es fácil que sea tentada por
los seres de la oscuridad, cuyo papel llevar a esa persona al límite. Y
paradójicamente, en un momento dado, ante tanto sufrimiento, la persona
"despierta"... y se da cuenta que las cosas por las que luchó son
futiles, que nada tiene valor excepto el Amor y el apoyo de los seres con los
que tenemos empatía, que ayudar al desamparado trae gozo, que brindar es mejor
que pedir, que la dicha puede ser también ver feliz al prójimo... y así ese
ser encarnado comienza a Elevarse espiritualmente. El tema es que si ese ser no
se "caía" primero, no se iba a dar cuenta de lo bello que es DAR.
Porque es muy difícil apreciar la belleza si siempre nos inundó los ojos. Y la
LUZ no pone un incentivo, porque no hay premio (no como nos han enseñado las
religiones tradicionales), solo esfuerzo. El secreto es gozar con ese esfuerzo y
la recompensa será ver que hemos rescatado a otro hermano de estar
"dormido". Es imposible apreciar la Luz si siempre estuvimos en ella.
Por lo tanto, no es una crueldad de Dios el que tengamos una mente reactiva...
no es un juego taimado el que caigamos en las sombras debido al rol del ego...
porque aprenderemos a apreciar la Luz al percibirla desde los planos densos...
y una vez en Ella, nuestra tarea será tender una mano a aquellos que estén
sumergidos en la sombra.
Clomro dice que en los mundos evolutivos, la Luz de los supuestos guías
estaría de más. ¿Por qué? Así como un planeta no tiene luz propia, un mundo
donde los seres encarnados pueden evolucionar tampoco tiene Luz espiritual
propia, pues ésta se encuentra dentro de cada ser... sucede que es ocultada u
opacada por el ego que cada persona posee.
Clomro agrega que un mundo "exitoso" sería aquel donde llegado un
punto, los humanos dejarían de ser tentables sin ningún Jesús que les tenga
que venir a enseñar, porque ellos habrían aprendido la lección por sí
mismos.
La idea es valedera, pero en ella no se tiene en cuenta el papel de la mente
reactiva. Hubo muchísimos seres humanos que han reaccionado ante el mal y
tuvieron capacidad de rearmonización. Y hubo muchísimos más que volvieron a
caer, eso es cierto. El propio Jesús dijo que al Camino del Bien se entraba por
una puerta estrecha y que el Camino en sí era angosto, y que eran pocos los que
hallaban la Luz. El Maestro agregó que no bastaba con declamar, si la actitud
estaba yerma de Obras. Es la actitud altruísta la que transmite la esperanza de
crecer, para que éste y otros mundos sean "exitosos".
Pero Clomro cree en un Eloah manipulador, que no solo manipula a los hombres,
sino también a los seres de Luz, a las Energías Divinas y a los ángeles, en un
juego cruel de luchas entre el Bien y el mal... Es cierto que alguna vez
ocurrió eso en la Tierra (Ver "La conspiración Elohim"), pero ahora
el supuesto rival a vencer es el más peligroso de todos: nuestro ego, que vive
camuflado dentro de nosotros, agazapado, presto para salir apenas se debilita
nuestro espíritu.
En otra de las frases, Clomro interpreta que los Mensajes de Luz dan a entender
que el mal no existe, que es algo ilusorio y que todo forma parte del Bien. Y
aquí vemos otra interpretación incorrecta, pues la idea se extrae de la
filosofía budista, la que dice que el mundo es "maya" o ilusión,
todo lo que está sujeto a cambio, y que tiene principio y fin. Se refiere
obviamente al plano físico, donde el "sansara" o apego predomina
sobre todo, en forma de anhelos, ambiciones y deseos.
Agrega Clomro que si existiera un ser maligno, no podría estar cumpliendo la
voluntad de Dios, como hace Lúcifer en este caso. El tema es que el príncipe
de los demonios no está obligado a cumplir la voluntad de Dios, porque El Padre
da libre albedrío. La
Misión que tiene Lúcifer la hace por Amor, porque sabe que tentando al ser
humano, lo puede llevar al fondo del pozo (metafóricamente hablando) y allí
éste aprenderá a apreciar la Luz y hará el esfuerzo para Ascender, buscando
esa Luz en su Interior.
Otra de las frases de Clomro es plantear que si Dios fuera un ser Benigno, no
podría estar sometiendo a sus criaturas a diversos influjos nefastos. Esto ya
fue contemplado en la respuesta anterior, pues los espíritus muy pocas veces
aprecian el Bien si no es por medio del contraste.
Y si existiera un "Diablo" con fines propios, estos fines zozobrarían si
el ser encarnado integrara su ego, pues su afán de protagonismo dejaría de
existir... y el mal no tendría cabida.
Otra confusión que tiene Clomro es que llama extraterrestre a Jehová cuando en
realidad esta entidad es un eloah, que sí se sirvió de extraterrestres para someter a las
distintas tribus, en la época en que era Logos planetario.
Además, comenta que cumplidas las experiencias y emergidos de la oscuridad los
sujetos puestos a prueba, a los cuales se les enseñó que sufrir era necesario,
ellos terminarían por admitir que gracias a la oscuridad, ahora la Luz se puede
medir con otros parámetros.
La idea no es desacertada, pero está planteada con ironía. Da a entender que
Dios pone a prueba a sus hijos, cual cobayos de laboratorio... y esto no es
así. Tampoco sufrir es absolutamente necesario, pues hay espíritus que llegan
a la Comprensión sin pasar primero por el dolor.
Clomro habla también de una gran conspiración universal en miles de galaxias y
acusa a Dios de la destrucción de muchos de esos mundos, y no al libre albedrío
que tuvieron sus habitantes para destruirse ellos mismos.
No hay ningún Dios que someta al dolor a sus hijos... sucede que al ser
creados imperfectos, los espíritus son como criaturas que están aprendiendo a
dar sus primeros pasos y se tropiezan a cada instante, lastimándose. El
problema es que la mente reactiva retrasa la "madurez" de dicho
espíritu, ya que los diversos roles de control son propios de seres que no han
crecido.
El aprender el desapego no elimina la mente reactiva, pues esta es inherente al
espíritu. Simplemente, al integrar los Yoes, impide el accionar del ego... y
cada ser deja de ser el centro del mundo y ver más allá de sí.
En este bendito universo no hay conspiración, aunque sí una gran entropía que
apunta a un final cerrado dentro de veinte mil millones de años. Y cuando
llegue el Big Crunch, todos los espíritus nos fundiremos con el Creador. Ahora
somos parte de Él... en ese momento seremos Él.